Por José Alberto López Álvarez, profesor de Castellano
En los últimos dos decenios, la literatura infantil chilena ha sido revalorizada. Continuamente hay conferencias, seminarios e incluso ferias dedicadas al arte del buen libro para niños. En lo personal no me cabe duda de que los editores, educadores y padres han comprendido que es en la infancia cuando se forma verdaderamente el gusto por la lectura y que es necesario divulgar entre los niños aquellos libros que no sólo les estimule la mente, sino que también cautiven su curiosidad, les enriquezca el mundo interior, agudicen aún más su sensibilidad y contribuyan, de paso, a su perfeccionamiento idiomático.
¡Cómo necesita nuestra civilización contemporánea de que nuestros infantes, al crecer, no pierdan la sensibilidad, la capacidad de soñar, de creer con el corazón y con la mente de que el mundo de la ilusión es tan real para el alma como la imagen lo es para los ojos físicos! Es un buen indicio cultural y de evolución humana el hecho de que en Chile el libro infantil se haya profesionalizado.
No hace mucho, tuve el privilegio de presentar el lanzamiento del libro de cuentos infantiles “De la Infancia y Otras Aventuras” de la joven escritora andina Piera Tacchini, en el salón auditórium de La Casa de la Cultura. Fue un doble privilegio, pues la escritora fue mi alumna en la asignatura de Castellano en el Liceo de Niñas República Argentina hace ya varios años. Más allá de todo subjetivismo, sin duda este libro marca un hito en el devenir de las letras no sólo del Valle de Aconcagua, sino de la Región y, por qué no decirlo, del país. Y marca un hito porque tiene aquella condición sine qua non de toda buena obra literaria: la autenticidad. No nace de la mera observación, ni del análisis cognitivo, ni tiene afán de erudición ni de perfección literaria, no obstante tener un gran valor literario en su aspecto técnico. Es una obra auténtica porque nace desde las propias vivencias de la escritora, que hace suyas; en sus páginas describe su propio corazón, anclado en el alba pura e inocente de la infancia. Y por esta razón, por esta primigenia autenticidad irrefutable, el libro “De la Infancia y Otras Aventuras” de Piera Tacchini está destinado a pervivir, a perdurar en el devenir de la literatura infantil nacional. No es ni será un libro más.
Son veinticinco cuentos maravillosos. Once de ellos están destinados para los más pequeños, de entre 5 y 8 años. El mundo mágico de la simpleza, la imaginación, la identificación con los animales y objetos animados crean una atmósfera dable para los infantes de esta edad. La autora recurre especialmente a la personificación y a la comparación como recurso literario. Los otros catorce cuentos dirigidos para los no tan pequeños, de 9 a 12 años, crean un ambiente de realismo fantástico impregnado por el deseo de aventuras, acontecimientos sobrenaturales y en forma significativa, de pensamientos valóricos. Metáforas singulares y sinestesias permiten a la autora crear este clima.
Es un libro recomendado para todos, niños y adultos y en sí llega a revitalizar la literatura infantil nacional. El potencial pedagógico y los acontecimientos maravillosos del mundo infantil que impregnan sus páginas, proyectan a la autora como una de las grandes revelaciones del año en curso. Felicitaciones a Piera y también a su hija Anais de once años, quien ilustra varias de las narraciones y para quien está dedicado el libro. “De la Infancia y otras Aventuras” nos demuestra fehacientemente que “lo esencial es invisible a los ojos”.