Por: José Alberto López A., profesor de Castellano Magister en Educación
Fueron 10 expertos en diferentes áreas del saber humano y países quienes nominaron a las 100 mujeres que con sus ciencias, artes, deportes, políticas e investigaciones, cambiaron el devenir del mundo; posteriormente, la revista BBC History (de gran circulación en Gran Bretaña) solicitó a sus suscriptores que ordenaran los 100 nombres en el ranking de acuerdo a la relevancia de cada uno de ellos. La lista fue encabezada por Marie Curie (científica que descubrió la radiactividad), seguida de Rosa Parks (activista afroamericana que hizo historia al negarse ceder su asiento de autobús a un blanco en 1955) y Emmeline Pankhurst (fundadora de la Unión Social y Política de Mujeres, ente clave en la instauración del voto femenino en Gran Bretaña).
En el lugar número 50 (justo en la mitad de este ramillete maravilloso de doncellas que cambiaron el mundo) figura una mujer ligada estrechamente a la ciudad de Los Andes. Nuestra poetisa Gabriela Mistral comparte este listado de mujeres inmortales en la historia donde figuran nombres como Cleopatra, Hipatia, la mismísima Virgen María, Juana de Arco, la escritora Virginia Woolf, la ex primera ministra del Reino Unido Margaret Thatcher, la pintora mexicana Frida Khalo, la poetisa rusa Anna Akhmatova y la primera ministra de Sri Lanka, Sirimavo Bandaranike.
La revista BBC History describió así a nuestra autora: “Lucila Godoy Alcayaga, mejor conocida por su seudónimo Gabriela Mistral, fue una poeta y diplomática chilena cuyas obras a menudo exploran la moralidad y la maternidad. Fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 1945, convirtiéndose en la primera autora latinoamericana en recibir el galardón”.
Así, esta mujer residente por seis años en la ciudad de Los Andes, (literariamente nació en este valle) es vista como una de las 100 mujeres con más impacto en la historia universal. ¿Qué más decir o, mejor no decir, y permanecer por unos segundos en un silencio solemne? En este momento en que escribo estas líneas, recuerdo una vez más las palabras de esta inmortal fémina ya protagonista de la historia universal, quien entrevistada por Revista Zigzag en 1918 dijo: “»He vivido aquí los seis años más intensos de mi vida, que todo se lo debo a este sol traspasador, a esta tierra verde y a este río. Hasta tal punto fijé mi corazón en este paisaje hebreo de montañas tajeadas y purpúreas, que quiero llamar a Los Andes mi tierra nativa, la tierra de mis preferencias».
Por este pedestal inmortal y ya definitivo de nuestra Mistral en la historia universal, en lo personal me pregunto, ¿no será merecedora de un busto con una insigne placa conmemorativa en un lugar de privilegio de la ciudad (por ejemplo, parque Ambrosio O”Higgins) que diga: “Reconocimiento a Gabriela Mistral, residente en esta ciudad entre los años 1912 y 1918, e Hija Ilustre Póstuma de Los Andes, por ser una de las mujeres que cambiaron la historia universal?”.
Dejo abierta la moción a las autoridades, entidades culturales y empresariales de la ciudad. Finalizo esta columna repitiendo las palabras que dediqué a esta poetisa en esta misma columna de Filósofos y Poetas del diario El Andino con fecha 12 diciembre del 2014 en el contexto de la conmemoración de los 100 años de los “Sonetos de la Muerte”: “Gabriela, fuiste para esta tierra bronceada de sol ardiente, de blancura invernal prístina, mitad mujer y mitad sueño”. Y ahora anexo estas palabras: “Gabriela, desde Los Andes cambiaste el mundo y llegaste a lo universal”.
