Por: José Alberto López Álvarez, Prof.
de Castellano/Licenciado en Filosofía
Sócrates, el filósofo ateniense que vivió entre el siglo V y IV a.C. (Atenas, 470-399 A.C.) es considerado uno de los grandes pensadores de la antigüedad, tanto en el terreno de la filosofía occidental como universal. Maestro de Platón, quien a su vez tuvo como discípulo a Aristóteles, lo avalan como uno de los pensadores más insignes no sólo de la antigua Grecia, sino de toda la historia de la humanidad.
Entre las muchas enseñanzas y reflexiones del filósofo, hay una que desde mi punto de vista sigue tan vigente como por entonces, especialmente en el actual contexto nacional y que dice relación con las tres preguntas que todos deberíamos hacernos antes de hablar o comunicar algo.
Un día, cuenta la historia, estando Sócrates sentado reflexionando, llegó un conocido suyo y le hizo la siguiente pregunta:
—Sócrates, ¿sabe usted lo que acabo de oír acerca de uno de sus estudiantes?
—Espera—le espetó el filósofo—. Antes de contarme nada me gustaría formularte tres preguntas. La primera tiene que ver con la VERDAD—anunció—, ¿estás seguro que lo que vas a contarme es cierto?
—No—respondió el joven—, acaban de contármelo.
—Es decir, que no sabes si es cierto o no —contestó Sócrates—. Ahora la segunda pregunta, que tiene que ver con la BONDAD: lo que vas a decirme de mi estudiante, ¿es algo bueno?
—No, pero…
—Por lo tanto—interrumpió Sócrates—, ¿vas a decirme algo malo de otra persona, a pesar de no estar seguro de si es verdad o no?
El joven, avergonzado, asintió. Sin embargo, al viejo filósofo aún le quedaba una pregunta por formular.
—La tercera pregunta tiene que ver con la UTILIDAD —dijo Sócrates—. Lo que vas a contarme de mi estudiante, ¿será provechoso para alguien?
—No, en realidad…
—Bien —continuó Sócrates—, lo que quieres contarme es algo que no sabes si es cierto, que no es bueno y que ni siquiera es de provecho para nadie. Entonces, ¿por qué hablar sobre ello? Vete de aquí con tus infundios y bulos.
No creo que hagan falta demasiadas explicaciones para entender lo que Sócrates quería mostrar con esta enseñanza. Muchas veces comentamos cosas negativas de los demás, sin saber a ciencia cierta si esa información es verdad y a sabiendas de que es algo que no es de utilidad para nadie, simplemente por el mero hecho de cotillear y criticar.
Ahora, quizás más que nunca, por razón de la influencia de las redes sociales, se necesita esta misma imparcialidad socrática.
Permítame entregarle estas recomendaciones antes de que divulga algún video, audio o imágenes a través de las redes sociales; para ello le invito a seguir el método socrático; en otras palabras comparta su video, audio, fotografía SI puede comprobar que la información es real, SI conoce la fuente original de la información, SI lo que va a compartir ayuda en algo a esclarecer algún asunto o en equilibrar la paz social. De lo contrario, si no logra estos tres SIES, NO comparta su video, audio, imagen, noticia. No caiga en la euforia de una masa autómata, que befa y sólo construye el caos. Especialmente a nuestra juventud hay que inculcarle la Convivencia Respetuosa y a enseñarle a no imponer ninguna visión acerca de determinado asunto. Debemos recordarle siempre que los problemas sociales son complejos y no existe una única verdad. Estoy convencido que la verdad es una opinión personal de un fenómeno relativo. Usted…¿qué piensa?