Así lo afirma el Dr. Samuel Durán, investigador de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián al referirse al incremento de información sobre productos catalogados como milagrosos.
Según la Revista New Scientist, en un reciente sondeo realizado en el Reino Unido, de mil adultos consultados, el 61% admitió haber adquirido productos por considerarlos “superalimentos”. Este término es usado para describir productos muy ricos en nutrientes y considerados especialmente beneficiosos para la salud; sin embargo, de acuerdo con el Dr. Samuel Durán, investigador de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián, “ésta no es una definición científica, sino una descripción usada más bien con fines comerciales”, aseguró.
Así, cada cierto tiempo vemos que productos como la chía, la linaza, el maqui, la spirulina, los frutos secos, el brócoli, el té verde, el cacao, el cochayuyo, el salmón, la quinoa, bayas de goji o la palta, son promovidos por sus sorprendentes propiedades, “que sí las tienen, sin embargo de nada sirve consumirlos como alimentos milagrosos, si no se complementa con estilo de alimentación saludable”, aclaró Samuel Durán.
Durán explica que por ejemplo “la spirulina que es una micro alga con alto contenido proteico, sin embargo las porciones son pequeñas por lo que el aporte real no es muy relevante”. Y en contrapunto están los frutos secos “que son ricos en grasas monoinsaturadas que protegen contra enfermedades coronarias, aportan proteínas, vitaminas y fibras, pero deben ser consumidos con moderación – cinco o siete al día- ya que son altamente energéticos”.
Para el investigador de la carrera de Nutrición y Dietética, quien también es presidente del Colegio de Nutricionistas, una alimentación sana implica, de acuerdo a lo recomendado por el MINSAL, “ingerir alimentos como verduras, frutas, lácteos, carnes, legumbres y huevos, y granos, en determinadas proporciones que van de más a menos, incluyendo el consumo de agua como parte esencial y en un lugar muy reducido, el aceite. Mientras que se recomienda evitar el consumo de productos como dulces, sal y helados, entre otros, considerados poco saludables”. Todo esto de ser complementado con actividad física diaria, de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).