Por: Eugenio Astudillo
En el año 1537 Diego de Almagro y su gente regresó al Perú (Gobernación de Nueva Toledo) desde Chile, después de una larga y desastrosa travesía por el desierto de Atacama, lo que los hizo llegar en un estado calamitoso en vestimentas, salud y aseo. Desde entonces a quienes arribaran desde estas tierras a Lima los denominaron “rotos”, por la situación andrajosa y de descuido personal de como llegaban después de este extremo viaje.
Existen otras versiones sobre el origen de esta denominación de “rotos, por ejemplo, la de Oreste Plath, que también habla de los soldados españoles que regresaban desde Chile al Virreinato, pero en otros años y circunstancias.
Para los chilenos del siglo XIX, el concepto de “roto” tomó más consciencia y popularidad que los primeros años de su uso, porque poco a poco, el criollo del nivel medio inferior, asumió más protagonismo y visibilidad en la aristocracia Castellana – Vasca nacional de entonces, llegando a su máximo de popularidad y reconocimiento después de la Guerra contra la Confederación Perú – Boliviana, declarada a fines de la década del 1830, especialmente por los acontecimientos del 20 de Enero de 1839, en donde los chilenos de las clases más sacrificadas económicamente de entonces, con ahínco, sacrificio y un heroísmo que dignificó al pueblo chileno, triunfaron en la Batalla de Yungay, allá en territorio peruano, lo que dio motivo; entre otras cosas, a una significativa marcha militar de nuestras fuerzas armadas, y al nombre del destacamento militar que hoy tenemos en Los Andes; Regimiento Yungay. El desenlace histórico de este combate se percibió en nuestro país como un símbolo de la consolidación de la nacionalidad chilena, y así ha sido recordado hasta el día de hoy.
Como muestra de la relevancia que alcanzó en el país este querido personaje nacional, en un día 20 de Enero, en Santiago, en el año 1888, se inauguró la “Plaza del Roto Chileno”, con un gran monumento recordatorio de la Batalla de Yungay, en un homenaje a la participación de esta joven reserva militar chilena, compuesta principalmente por “rotos”, acción que motivó posteriormente, en el año siguiente; 1.889, que se instituyera oficialmente, a nivel nacional, y por ley, el día 20 de Enero, como el “Día del Roto Chileno”.
Si bien es cierto originalmente; en el actual Perú, la denominación “roto” fue usada peyorativamente para identificar a un andrajoso y/o pobre ciudadano de clase baja que arribaba a sus tierras desde el sur (Chile), con el pasar del tiempo, dados los acontecimientos bélicos que culminaron en la Batalla de Yungay, en donde las características especiales de valentía de los soldados chilenos fueron tomando fuerza y se constituyeron como ejemplo entre para los habitantes de estos paises, fueron moldeando un nuevo concepto al significado de la denominación usada por nuestros vecinos originalmente; en donde prácticamente nos consideraba como los patipelados del Virreinato, dándole ahora un nuevo significado a la identificación del personaje, caracterizándolo desde entonces; especialmente en Chile, como un ícono de la representación nacional popular en los campos de batalla, destacando al sujeto “roto” por su valentía, por su lealtad, por su actitud altanera pero respetuosa, por su alegría y compañerismos, pero por sobre todo, por su transparente y apasionado amor a la patria y a su bandera.
Hoy, algunos países vecinos en donde aún nos dicen “rotos chilenos”, ya no lo hacen no por vernos andrajosos y mugrientos, sino que, por “picados”, porque no nos han ganado ninguna guerra o fallos, y desde ahí han inventado ciertas envidias y rencillas derivadas de esos hechos que aun hoy persisten en sus recuerdos pesimistas Pero en general, ahora, con el avance de los tiempos y la modernidad que hemos alcanzado como país, nos han empezado a identificar; no sin aún una pizca de envidia, de otras formas, más acordes a nuestros progresos y desarrollo actual de la nación . Así y todo, en los adultos y mayores, y en los chilenos bueno para leer la historia, aún nos queda el recuerdo y la relación romántica de ”los rotos chilenos” que pelearon en la Batalla de Yungay, lo que nos dio una entidad de hombres aguerridos y valientes a todos aquellos nacionales nacidos en esta larga y angosta faja de tierra.
En todo caso, con empanadas y vino tinto, con buenos asados, Cuecas, y lindas mujeres, hemos celebrado por años, y a toda pompa, el día del “Roto Chileno” y de la “Batalla de Yungay” en varios lugares de Chile, acontecimientos; que como expresé anteriormente, dieron prestigio a nuestro humilde pueblo, en momentos en que muchos nos miraban a huevo. Hoy en Sud américa, somos hombres nuevos, con mejores niveles de estudios y supervivencia, con grandes avances tecnológicos y de protección social y familiar, a tal extremo es nuestra nueva percepción de la vida, que cuando a veces estamos medios eufóricos o medios entonados, o “arriba de la pelota”, nos empezamos a cachiporrear diciéndonos que somos “Los Tigres de América”, o “los Jaguares del Continente”.
Pero cuidado, siempre es bueno advertirnos entre nos, que disfrutemos con sencillez y humidad nuestra nueva realidad de país, pero con algo muy esencial en la memoria nacional: Nunca olvidemos que en el ayer, y por mucho tiempo, fuimos mal cotizados en la vecindad principalmente por ser originales de un país pobre, y que por eso mismo, y despectivamente fuimos llamados en este barrio como los “Rotos Chilenos”. Y para reforzar este pedido a no olvidar de dónde venimos y lo que fuimos y no ser despreciados; ahora, por arrogantes, recurro como ejemplo a un dicho popular que calza muy bien para graficar nuestra nueva condición, ya no de pobreza en el vecindario americano “Nunca las vacas se acuerdan que fueron terneros”, frase que es para llamar la atención sobre nuestro pasado y recordarnos de dónde venimos, llamándonos a la vez, a evitar ser comparados con los personajes denominados “Vacas”, que se caracterizan porque al llegar a un mejor nivel económico o de pega, renuncian o se olvidan de su pasado.
Por todo lo anterior, y a pesar de que ya pasó el 20 de Enero de este año, no olvidemos nunca de recordar este día, que nos muestra como hemos evolucionado en el barrio americano, en donde primero fuimos llamados que despectivamente “rotos”, cosa que en la actualidad, gracias al esfuerzo y a la organización de los descendientes de la “rotería” que gobiernan alternativamente este país, podemos asegurar fehacientemente que seguimos siendo con orgullo “rotos”, pero ahora con celulares ultra modernos, con democracia, con un per cápita que supera a 25.000 Dólares, con presidentes nuevos cada 4 años que no se eternizan, con una trácala de autos nuevos en las ciudades, aires acondicionados por doquier, aparato satelital propio, internet de primera generación, y en defensa con más de 400 Tanques y sobre 40 aviones F 16 modernos.
En otras palabras, estamos innovados, camino al primer mundo, pero seguimos en la línea de lo que fuimos, ahora somos “LOS NUEVOS ROTOS CHILENOS”, así con mayúscula, porque salvo el Diputado “Florcita Motuda” los chilenos ya no tenemos pinta de andrajosos, pelientos, o despreocupados. Ahora somos orgullosamente “LOS ROTOS JAGUARES DEL CONTINENTE”… Chúpense esa.