Por: Lucho Muñoz (Alakrán)
Hola mi Los Andes querido, mi tierra natal, estoy lejos de ti por tanto tiempo, pero cada día hay un recuerdo de mi lejana ciudad y la nostalgia muchas veces me ha hecho caer más de un lagrimón. Se por las noticias de mis amigos y familiares que ya no eres el mismo pueblo en el que yo crecí y viví mi infancia y adolescencia, el frío progreso también, como en tantas partes, ha cambiado tus costumbres, tu fisonomía, tu calor de ciudad amiga. Ya mis viejos han partido y si volviera ya no tendría esa bonita conexión con el pasado. Pero mis recuerdos están vivos y por eso te escribo estas emocionadas línea amigo Los Andes. Me gustaría estar nuevamente por allá para comerme unas almejitas con limón en el puesto del Chino Chacón en el mercado, degustar unas ricas sandías en los puestos de la Avda. Argentina, comprar frutas fresquitas en la Quillotana, servirme un caldillo de congrio en el Mi Reina o quizás un pernil o unos chunchules en el Cinzano, una crujiente marraqueta de la panaderìa Moderna y después un helado de bocado donde el bigotudo Illanes o en la Golosita. Y si me fuera de carrete con una previa en el bar del Hotel Plaza, pasando por el Dominó, el Express, el Willy y rematar en la Flor de la Canela. Tantas cosas que se amontonan en mi mente, irme en coche victoria a la estación de FF.CC. para viajar a Valparaíso, irme a rezar al cerro en la romería del mes de María, ir a gritar en un estadio ferroviario lleno, por Trasandino, mirar con respeto como se izaba esa hermosa bandera en el mástil de la plaza, con nuestra canción nacional y luego deleitarse con la banda militar en el odeón del principal paseo andino, conversar con don Fidel en su puesto de diarios en la esquina de la botica del pescado, comprobar cuán enojones eran don Benito González y la Turca Marta. Estarán ya en el cielo esos personajes, locos lindos que conocimos e hicimos rabiar tanto, Lindo Lindo, Camote, la Cuacua, la Coronta, el Conejo y sus cantos líricos, el loquito de Azul, el Iván y tantos otros que desde sus limitaciones igual llegaron a ser conocidos e importantes en el quehacer de la ciudad.
Bueno, podría escribir el día entero mis recuerdos vivos de mi Los Andes querido, pero no puedo olvidar las fiestas de Aniversario, además de todo las actividades deportivas, culturales, artísticas, lo más importante era la Semana Andina la plaza, con muchos stands y donde cada noche, con mis amigos, disfrutábamos del baile en la calle Esmeralda, los ricos anticuchos, las empanaditas de queso y mariscos, la chicha, el pipeño y otras cosas que para nosotros eran exquisitas, sin olvidar nuestras conquistas amorosas que son historia aparte. Feliz cumpleaños, chao mi ciudad hermosa, chao mi Los Andes querido, siempre estarás en mi corazón.
Debe ser la historia de muchos andinos que están lejos de estas tierras verdad….?. Bueno pero todo tiene sus ciclos y hay que acostumbrarse, nos guste o no, a lo que ahora vivimos, la vida no anda hacia atrás. Ojalá que, por lo menos, se renueven las banderas del cerro de la virgen para celebrar este nuevo aniversario de nuestra ciudad. Y eso sería todo buena vida y hasta chao…