Por: Ps. Víctor Cortés Zapata.
La comunidad nacional en edad de votar el próximo 19, está en condiciones de asumir un rol básico en su calidad de ciudadano como es el de elegir, mediante el ejercicio democrático del voto, a las autoridades de la Nación, encabezadas por la elección de Presidente/a de la República, parte de los miembros del Senado, los integrantes de la Cámara de Diputados, y los Consejeros Regionales de todo el país. Sin duda alguna, dicha instancia constituye un solemne acto de la más alta relevancia política, social y económica, donde se juegan los destinos, por los próximos cuatro años, de los 17 millones de habitantes de nuestro territorio, en un esfuerzo colectivo por mejorar la calidad de vida del conjunto de hombres, mujeres y niños que habitan este maravilloso rincón geográfico del mundo que es Chile.
Como elementos de juicio es bueno considerar, al momento de elegir, la opinión de organismos internacionales como la 0.C.D.E., institución que agrupa a la mayoría de países del mundo, la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), entidad integrante de la Organización de las Naciones Unidas (O.N.U.), organizaciones todas que se han pronunciado, en diferentes momentos, favorablemente por el proceso de reformas llevados a cabo en el gobierno actual, especialmente acerca de la necesaria reforma tributaria ya aprobada, así como del titánico proceso de perfeccionamiento del sistema educativo, considerado en su integridad, desde el aumento sustancial en la cobertura de la Educación Parvularia, incluida el de las Salas Cuna, el avance creciente en la gratuidad escolar, así como el indesmentible proceso de mejoramiento de la Educación Superior el que ya está brindando gratuidad a cientos de miles de estudiantes universitarios, de institutos profesionales, así como los de Centros de Formación Técnica, alcanzando ya al 60% de la población de educandos de tal sector educativo.
Es claro también que el universo de medios informativos en el país, considerando los audiovisuales como los escritos, filtran, ignoran y en amplios casos también tergiversan y hasta desinforman, lo cual es bastante común, creando así, como una realidad rotundamente falsa e interesadamente decadente y hasta catastrófica. Ello, tristemente constituye, el ejercicio interesado de los grandes grupos económicos controladores de los medios comunicacionales, por ir creando un sentido común de desánimo y desesperanza, unido al bombardeo publicitario de la motivación consumista, lo que nos está llevando a vivir un mundo de fantasía irreal en el acceso a exclusivos bienes de consumo, los que luego perdemos judicialmente ante la imposibilidad de pagar, por el aumento sideral del endeudamiento, fomentado, engañosamente, por las grandes cadenas comerciales.
No es exagerado afirmar que Michelle Bachelet presidió un proyecto inteligente, recogido de las movilizaciones sociales de los estudiantes, demandantes de reformas básicas en la estructura económica (reforma tributaria), política (nueva Constitución, iniciada a través del proceso constituyente), y social (reforma educacional, mejoramiento en Salud –en Atención Primaria, construcción de Hospitales), mayores exigencias en la calidad de las viviendas sociales, y aceptación parcial de la reformulación del sistema de Pensiones impulsado por el movimiento No+AFP. Cualquier análisis objetivo de tales reformas no puede sino ser considerado como medidas de cambio social de beneficio directo a los mayoritarios sectores socio-económicos desprotegidos, como también para la clase media tradicional, esto es, para un universo del 90% de la sociedad chilena.
Ahora, de acuerdo a la realidad anterior, si es que se trata de avanzar en esa dirección y no retroceder en beneficios sociales, la elección debiese reflejar la preferencia hacia los sectores del así llamado progresismo, que con énfasis distintos aunque comunes, representan en algunos casos fielmente el deseo de continuar y profundizar los avances sociales de los que ha significado logros reales y tangibles como fruto de las políticas públicas de este gobierno.
Aparte del poder que detentan los elitarios grupos económicos dispuestos a frenar cualquier avance social considerado atentatorio a limitar sus ambiciosos intereses de poder sobre la sociedad imponiendo subliminalmente subjetividades consumistas, tanto como la sobreexplotación de la naturaleza poniendo en riesgo el medio ambiente, causa del cambio climático, se encuentra el fenómeno de la gran abstención ocurrida en las sucesivas elecciones desde la modificación legal que estableció el voto voluntario. Debe tomarse conciencia de que es necesario ejercer realmente el derecho a elegir, evitando dejar el campo libre a ese minoritario sector de la élite económica que sí irá a votar en defensa de sus egoístas intereses.
Si queremos una mejor calidad de vida para todos, si queremos seguir avanzando en eliminar la pobreza, levantando así la dignidad del más humilde de los nuestros, con acceso amplio e inclusivo a la educación, a la vivienda, a la salud integral, ¡levántate joven aconcaguino y vota libremente por quien estimes sea tu candidato!