Del borde de río a casa renovada Aconcagua lo requiere

Del borde de río a casa renovada Aconcagua lo requiere

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Por: Jaime Lepe Reyes

La llegada de nuevos pobladores es causa de estar ocupándose, día a día la ribera del río Aconcagua, especialmente en el sector denominado “Puntilla del Viento”, lugar que recuerda el inicio de la construcción de un embalse que fue un fracaso y sin esperanza alguna de resurgir algún día, es la razón puntual de su estancamiento.

¿Acaso no convendría ofrecer otro lugar más apropiado a esa gente necesitada de vivienda y a la que urge tener dónde vivir?. Sucede que le va a ocurrir lo mismo que a los lugareños, ya establecidos; habitan casas que apenas están más reguardadas de las condiciones climáticas y carecen de baño, ducha y desagües adecuados.

Resulta difícil imaginar la serie de incomodidades que lleva a una vivienda de este tipo, que no se renueva y tiene como resultado un hogar nada de confortable. Obtener una cifra definitiva de las familias que pueblan el sector, debiera ser motivo de preocupación, problema que bien podría acarrear en cualquier momento, quién sabe con qué consecuencias por el incremento de ellas, debido al alto desempleo y falta de vivienda familiar.

La solución, por cierto, sería revertir esta situación, por lo que se hace indispensable habilitar en esa zona más viviendas sociales, lo más pronto como adaptación a tan creciente necesidad. En este caso, la prevención del exceso de población debería ser parte de una estrategia que haría muy bien en impulsar este gobierno.

Desde luego que los residentes del lugar durante años no accederán y será muy difícil convencerlos de que acepten abandonar y tener que salir de ahí, a no ser que cuenten con la total y absoluta seguridad de contar con una superior vivienda.

Y no puede ser de otra manera, por cuanto eso mismo es el objetivo, de este artículo. Sabido es que nuestro país valora la vivienda como un derecho fundamental, que debe ser la plataforma para crear conciencia para erradicar en las mejores condiciones posibles, a las familias que habitan Puntilla del Viento con el bien entendido y justo compromiso de recibir una vivienda de calidad que sustituya la anterior.

Para ello es necesario ubicar terrenos y construir, constituyendo este cambio una obra de gran esfuerzo, acompañado de una gasto considerable y por añadidura complejo.

Desde luego surgirán duras críticas con la consiguiente oposición de algunos sectores; pero de todos modos, bien vale la pena intentar la gestión, por cuento, aparte de los beneficios que reporta el proyecto para el Valle de Aconcagua, inclusive Valparaíso, ¡qué decir de los lugareños! ellos también saldrían ganando al recibir los mismos servicios públicos que el común de los ciudadanos, que poseen un hogar confortable, vale decir, con calefacción, electricidad e higiene, así como tener una ubicación más ventajosa y todas las garantías que otorga la ley, además de disfrutar una vida saludable, decorosa y normal.

Volviendo al elevado costo, de acuerdo a los planes destinados a combatir los efectos de la sequía, el más importante, la construcción de un embalse que permita almacenar agua potable y abastecimiento seguro, se convertiría en una obra de adelanto que con el tiempo la posteridad ha de saber mejor valorar.

Como lo señala el Ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno “el déficit hídrico entraña un problema social ante el cual, según declaración propia, se siente comprometido, debido a estar enfrentando un periodo de sequía muy prolongado” con todas las consecuencias que se traducen en un enorme perjuicio para la producción agrícola, animales y consumo humano, y cuyo monto de las pérdidas en el caso de Aconcagua podría llegar a ser incalculable.

Por su parte, Esval deberá desembolsar ingentes sumas de dinero para atenuar y colaborar en tal sentido, mediantes diversos proyectos como el de fortalecer la infraestructura existente, además de impulsar la construcción de nuevos tranques, pozos, estanques, conducciones, traslado de agua en camiones aljibes y arriendo de derechos de agua que permitan asegurar el abastecimiento del vital elemento.

Por todo esto y mucho más, es hora de escuchar las sugerencias técnicas de expertos en la materia, quienes señalan a Puntilla del Viento como el lugar ideal y que reúne óptimas condiciones para servir de embalse de cabecera, al cual podría seguir otro, aguas arribas, en Juncal, para compensar la diferencia de volumen, y su capacidad, en comparación con la que se proyectaba años atrás, y que prometía ser colosal, cuando esa zona era libre y no presentaba las complicaciones que hoy impiden la utilización de un amplio espacio y lo limitan; las circunstancias de su irregularidad e indeterminada congestión de rivereños.

Pero así y todo, aún se puede aprovechar gran parte de la cuenca del rio, al conseguir disminuir la debida proporción de familias, antes que sea demasiado tarde. De menor magnitud al ya planeado, pero útil, de todas maneras. De esta forma se solucionarían ambos problemas; el traslado parcial de pobladores, no totalmente, y construcción de embalses. Conviene dejar en claro que en el fondo de este asunto, el fin principal que se persigue, es no perjudicar lo más por lo menos.

Por eso, ahoguemos los temores y pongamos nuestra esperanza en la sensatez por sobre las inquietudes y dificultades que se presenten para asegurar la s tranquilidad y el bienestar del futuro.

También es menester tener presente en apoyo de lo dicho, que la postergación del embalse pude ser nociva, a la larga, y traer las consecuencias negativas ya enunciadas. Estimamos que una última manera de hacer frente a la situación anómala es no evadir por ningún motivo, los pasos propuestos, sino tomando el toro por las astas. No vaya a ser cosa que a causa de su retraso o negativa, llegue la hora de lamentar más tarde por no haberlo comenzado antes.

Sin más, ni más, acometamos y solidaricemos, por tanto, sumando esfuerzos como dice el Ministro Moreno, con esta iniciativa para que, al igual que, Putaendo coronó con éxito la construcción de Chacrillas, obtengamos el mismo resultado benéfico, y dando por sentado que hechos como estos, si son necesarios y de interés general, es de rigor y justo hacerlo.

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