Por: George Biehl Saldías, académico Educación Física U. San Sebastián
Al analizar la última actuación de nuestros deportistas de elite en los JJ.OO. de Río de Janeiro, todavía se plantean posturas y estrategias diversas para mejorar los resultados.
Vemos que los recursos están orientados a deportistas que ya están en el alto rendimiento, y es correcto que reciban esa ayuda y más aún, pero ¿Qué hacemos para desarrollar una base de calidad? ¿Qué políticas existen en la formación deportiva? ¿De qué recursos se disponen para los procesos formativos? ¿Qué contexto y condiciones estamos creando para que exista una población infanto-juvenil deseosa y con facilidades para realizar actividades físicas y deportivas?
Los actuales estudios que dicen que nuestra población escolar a los 15 años de edad, se encuentra entre la peor del mundo en capacidad aeróbica, así como también los altos porcentajes de obesidad infantil, son datos que ayudan a entender el contexto.
Entre las causas están jornadas escolares extensas con poco énfasis en la educación física y deportiva; viviendas de espacios reducidos con escasas áreas verdes como resultado de la expansión demográfica y el aumento de la delincuencia, condiciones que obstaculizan el trabajo de habilidades y capacidades básicas a través del juego natural en la calle, la plaza, el barrio. Se suma la tecnología que propicia una población cada vez más sedentaria, con niños y jóvenes jugando sentados frente a un computador o con un celular, afectando la psicomotricidad, piso fundamental sobre el cual se deben construir los rendimientos deportivos.
Este deplorable estado debe ser enfrentado con el desarrollo de una visión sistémica, con estrategias de acción articuladas entre los Ministerios de Educación, de Salud y del Deporte, buscando a partir de planes y programas comunes, con objetivos y propósitos claros y coherentes, que permita una población escolar más sana, dotada de mejores hábitos de actividad física y como consecuencia mejores deportistas.
Si no unimos esfuerzos y tenemos una mirada país a largo plazo, solo podemos esperar resultados deportivos esporádicos como producto de loables esfuerzos personales de los deportistas.