Por: José Ramón Toro Poblete, Profesor
Hemos vivido en una sociedad que ha estado muchos años encarcelada en el exitismo, en el individualismo, en el competitivo emprendimiento (como le llaman).
Hemos vivido en una sociedad con una escasa educación a la tolerancia ante el fracaso, en una sociedad cuyo principio se basa en “tener para ser” o bien, parodiando a René Descartes quien hizo una confesión existencial (Cogito ergo sum…, pienso luego existo), ésta sociedad y modelo de sociedad ha inscrito en el corazón del ciudadano transformado en Consumidor “Tengo luego existo”.
Hemos vivido en una sociedad empeñada en medir los conocimientos como “un producto” para luego transformar a un pequeño y/o adolescente en un producto que “rente”, que de utilidades a un determinado colegio para que esa utilidad (resultado de SIMCE y PSU), se traduzca en matrícula, donde matrícula es igual a Utilidad y utilidad a ganancia, ¡Dinero!…. ¿Sigo?
Mejor no. Esta sociedad transformó la esencia de un Líder en un simple Competidor, en un Ganador. En un líder aislado, ciego, egoísta y lleno de méritos personales. Perdón, pero dentro de este esquema me calzan perfecto algunas personas que gritan ¡Tengo vocación de servicio público! Y, habiendo obtenido su “logro político” se olvida del entorno y deja de leer lo que la sociedad demanda, le pide y exige. Invierte gran parte del tiempo en tratar de conservar su nuevo Status y guarda bajo llave su capacidad de empatía. Ésta pasa a incomodarle…, la destruye porque podría causarle un sentimiento de culpa….
Quiero recordar una situación e imagen que habla por sí sola: (…)”Al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados y desorientados, como ovejas sin pastor”(…) Sí! Me refiero a Jesús (Evangelio según San Mateo 9,36)
Extraño en mi ciudad y país a un Líder con capacidad de observar, empático, atento a las personas, que congregue.
Un Líder creíble. Un Líder que sea capaz de interpretar el profundo descontento del pueblo de Chile, que oriente y sea escuchado, porque su vida es intachable. Un Líder que convoque, una y pueda organizar a este pueblo disperso, que abra la mano agarrotada por la codicia y avaricia de los poderos.
Y, no solo pensaré en Jesús…, sino también en hombres que han sido importantes en la historia de la humanidad. Pienso en Mahatma Gandhi, Luther King, Nelson Mandela. En Chile recuerdo a Clotario Blest y, al Cardenal Raúl Silva Henríquez…. (me duele no ver líderes con espíritu profético en mi Iglesia)
Es verdad que no todos los líderes gustan. Porque anuncian una verdad, son defensores de los más débiles. Normalmente es así.
Está claro que en Chile, pareciera, no hay líderes de esta categoría…..
Está claro que en Chile, pareciera, se han formado solo líderes para hacer negocios…
Está claro que en Chile, pareciera, los nacientes líderes son aplastados porque mueven el piso a las personas de “elites”, a las nuevas estrellas de la “economía emergente” que olvidan su lugar de origen y adquieren una propiedad en un lugar de mayor plusvalía.
Urge encontrar Líderes en Chile.
Un Líder que, de verdad acabe con los abusos, que sea valiente y “toque a las AFP, la salud, la educación”…
Urge que los más jóvenes tengan un referente sólido, no solo valiente e inteligente sino más bien Coherente con sus principios. Un Líder Justo y de Paz.
Desafío a los padres presenten a un referente, un líder a sus hijos. ¡Muéstrenselo!
Como no hay un líder creíble y seguible, las relaciones y acuerdos se tranzan en la mesa de la desconfianza…. Y, suceden los desórdenes.
Y, ante la ausencia de un Líder confiable, creíble, que convoque o reúna y sea escuchado, se dictan Leyes con carácter de urgencia….
Que nuestra oración, como cristianos católicos, suba al cielo este domingo 8 de diciembre, en la Fiesta de la Inmaculada Concepción, pidiendo líderes para este pueblo.
Me duele ver a mi Chile Descabezado!!!
Que sea feliz