Por: Luis F. González Reyes y Francisco Rodríguez Arancibia
Centro de Estudios Para Asuntos Docentes (CEPAD)
En el ámbito de la cultura destacados personajes han vivido su vida, o parte de ella en el valle de Los Andes; algunos de ellos han descollado a nivel nacional, como es el caso del pintor Manuel Gallinato (1893 – 1968), quien se desempeñara por los años 60 como Profesor de Arte en el Liceo de Los Andes, hoy Liceo Maximiliano Salas Marchán.
Se recuerdan especialmente anécdotas suyas como la de interrumpir su clase en el Liceo, para extraer ostentosamente de su bolsillo un billete, con el cual procedía –frente a la sorpresa de los alumnos- a limpiarse los zapatos; luego aparatosamente, dejaba caer el billete en el papelero, guardándose bien de recogerlo en algún momento. Asimismo, en sus clases privilegiaba el dibujo al natural trayendo él un modelo que constituía la lección, al finalizar la clase había que llevarle el trabajo realizado y en algunas oportunidades al calificar la tarea exclamaba: – “¡Fantástico! ¡Qué creatividad! Siéntese, tiene un 2”.
Traemos a colación dichas anécdotas, para recordar su humor y bien ser. Independientemente de ello y, a través de este artículo queremos señalar que fue un miembro destacado a nivel nacional de la Generación Intelectual denominada del Centenario, dado que, algunos de sus miembros iniciaron su labor hacia el año 1910, han sido también denominados como la Generación del 13; entre sus representantes son dignos de mencionar el músico Carlos Isamitt, el escritor Claudio Alas y pintores tales como Francisco Alcalde, Arturo Gordon, Pedro Luna y Alfredo Lobos, entre otros.
Como Generación asumen motivos pictóricos de paisajes y retratos huasos, obreros y mapuches. Casi todos sus integrantes eran de modesta condición, pero con una vocación a prueba de estrecheces económicas; A ellos los bautizó Pablo Neruda como “Una capitanía de pintores” y con este título existe la obra de W. Vila que se refiere en detalle a cada uno de los representantes de esa Generación.
Manuel Gallinato pintó, de preferencia, paisajes y casas campestres, siendo su obra tan notoria y destacada que un cuadro suyo se exhibe en el Museo Nacional de Bellas Artes y otros en la Pinacoteca de la Universidad de Concepción, que exhibe y custodia numerosas obras de la Generación del Centenario.
En nuestra ciudad, vivió en la Población Andes en compañía de su hija Dafne, quien se desempeñara como profesora en la Escuela N° 4 de la época. Se le recuerda casi siempre vestido con un terno de lino blanco y zapatillas en el mismo color, asimismo su afición a viajar en los trenes de la época, solía en esas oportunidades cubrirse con una boina que durante el trayecto alternaba con su tradicional sombrero. ¡Genio y figura!
Un personaje importante en el ámbito cultural nacional, cuyo aporte es prácticamente desconocido en el Valle de Los Andes, salvo por sus estudiantes del Liceo en los años 60 que lo recuerdan como un profesor creativo y algo excéntrico.