Lorena Baeza, académica Escuela Química y Farmacia U. Andrés Bello.
Los desodorantes son aquellos productos cosméticos diseñados para disminuir el olor axilar sin alterar la eliminación de sudor por parte de nuestro cuerpo. Actúan evitando la acción de bacterias que producen la descomposición del sudor, adsorbiendo la secreción o enmascarando el olor con otras sustancias como perfumes, por ejemplo.
Por el contrario, los productos antiperspirantes actúan disminuyendo la cantidad de sudor que nuestro cuerpo elimina, obstruyendo la salida a través de piel. Con esta finalidad se ocupan distintas sales de aluminio con propiedades astringentes que se depositan sobre los conductos que liberan el sudor reduciendo la humedad en las axilas.
Actualmente, existen productos antiperspirantes que contienen complejos de sales de aluminio y circonio bastante más seguros, que reducen tanto la irritación en la piel como el daño a la ropa independientemente del tipo de piel o sensibilidad del usuario. Otro componente tanto de los desodorantes como de los antiperspirantes que podría afectar a la piel es el alcohol etílico. Este componente es utilizado en estos productos cuando vienen en forma de aerosol y en barra principalmente y que podría irritar la piel.
Se recomienda que las personas con piel sensible ocupen productos libres de alcohol y fragancia, lo que generalmente sale indicado en el envase del producto.