Había sido adoptado en forma ilegal junto a su hermano de corta edad
María Orellana es presidenta del Club del Adulto Mayor Estero Dorado, de la comuna de San Esteban, que tras haber transcurrido 40 años desde que desaparecieron sus dos hijos menores pudo ver a uno de ellos, luego que un reportaje de la televisión constatara que su caso era una de las tantas adopciones ilegales que ocurren en Chile.
ADOPCION ILEGAL
Su historia se remonta entre los años 1973 y 1990 cuando en Chile se habrían efectuado más de dos mil adopciones ilegales de niños chilenos que fueron robados de sus padres y luego entregados a familias suecas. Y a pesar de tantos años, se reveló el caso luego que uno de esos niños, hoy convertido en hombre, decidiera conocer a sus verdaderos padres biológicos.
Según el reportaje de Canal 13, gracias a la investigación de una ONG se logró el contacto con la nueva familia de Daves, residente en Suecia, y el joven viajó a Chile para reencontrarse con sus antepasados, lo que se concretó en el aeropuerto y posteriormente en una residencia. Sin embargo, su hermano ha tomado la situación con más prudencia.
DETENIDA Y PRESA
La madre del joven -que mañana parte de regreso a Suecia- recuerda que una noche del año 1979 estando en casa de sus padres con sus dos hijos menores de edad, apareció una patrulla militar y se la llevó detenida porque había sido sorprendida pintando consignas en contra del Gobierno Militar.
Dijo que estuvo presa varios años y sufrió torturas, hasta que pudo recobrar su libertad, pudo rehacer su vida y volvió a tener hijos, estableciéndose en San Esteban, donde la sorprendió la noticia del hallazgo de sus hijos que y por estos días ha tenido la oportunidad de estar con Daves, al cual le había puesto por nombre Manuel Jesús.
LOS DIERON POR MUERTOS
Cuando salió de la cárcel investigó sobre la situación de sus hijos, pero le indicaron que ellos habían muerto. Sin embargo, con los años se descubrió que fueron robados y ofrecidos en extrañas circunstancias en adopción a una familia de Suecia, donde actualmente residen, y cuyos padres nunca supieron que se trataba de una adopción ilegal. Ellos ya tienen más de treinta años y muy poco los une con Chile, salvo que Daves ha tenido la oportunidad de conocer y convivir algunos días con su madre María Orellana, después de una espera de 40 años.