Por: Luis González Reyes – Francisco Rodríguez Arancibia, Centro de Estudios Para Asuntos Docentes (CEPAD)
Al leer con algunos docentes la nota de prensa referida a la deuda histórica publicada por el profesor Manuel Inostroza Morales, con quien en más de una oportunidad hemos tratado el tema, puesto que él es un profundo conocedor de la misma, se hace necesario reiterar algunos hechos publicados en noviembre de 2014 en los medios locales de la prensa escrita, específicamente los señalados en el artículo “Deuda Histórica, Paciencia Histórica”.
Sin entrar en mayores tecnicismos, en diciembre de 1980 mediante Decreto 3551 se consideraba un aumento de remuneraciones para varios servicios públicos, incluía a los docentes en un aumento que iba de 1981 hacia adelante en forma escalonada. Este es el origen de la denominada “Deuda Histórica”, de ello han transcurrido 35 años sin que el Estado y los gobiernos logren saldar lo que es de justicia. Habiendo existido varias iniciativas de los senadores y diputados, mediante proyectos dirigidos al ejecutivo, pidiéndole que cancelara dicha deuda; de las citadas iniciativas en abril de 2006, mediante Boletín 5847-12 los senadores expresaban a Michel Bachelet: “Disponer el estudio y adopción de medidas que permitan pagar la deuda histórica que el Estado de Chile adquirió con los profesores por el no pago de lo establecido en el Artículo 40 de la Ley 3551”. Con anterioridad, en los años 2001 y 2004, por unanimidad, los miembros del Senado habían solicitado exactamente lo mismo.
De la misma forma, mediante el Proyecto de Acuerdo 648, un grupo de diputados solicitaba la creación de una mesa de Justicia Social Docente que enfrentara las deudas hacia los docentes y especialmente la denominada Histórica.
En ese mismo año –Abril de 2008- el Presidente del Gremio Jaime Gajardo indicaba “que será posible reparar el daño en una mesa de negociación con el Gobierno, habiéndose iniciado reuniones bipartitas”. Esto lo expresaba hace 8 años.
Sorprendente por tanto, resulta ser el hecho que en fecha reciente el Gobierno, en respuesta dada a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos –donde habían reclamado más de ochocientos profesores- haya deslindado toda responsabilidad frente a dicha deuda; es decir, los docentes, habiendo debido recurrir a un organismo internacional de derechos humanos, han obtenido del Gobierno de Chile nuevamente una respuesta deprimente y vergonzosa.
Señala el Gobierno que dicho pago le corresponde a las municipalidades, siendo difícil explicar -por algún razonamiento simple y lógico-, que en el lapso que media entre los años 1981 a 1986 en muchas comunas de Chile la educación no había sido municipalizada, y por consiguiente, era fiscal y del Estado, tal es el caso de la comuna de Los Andes, cuyo traspaso a la municipalidad es de 1986 ¿Por qué debería hacerse cargo la Municipalidad del reajuste que origina la deuda de los años 1981 a 1985, si la educación no dependía de ella?
Ahora se habla de una reparación frente a esa deuda, se han presentado varias alternativas al Gobierno por parte de los profesores, pero si este desconoce que es el Estado quien la adeuda, no existe posibilidad alguna de reparar -lo que a todas luces- es de justicia.
La situación se ha prolongado tanto que, lamentablemente, muchos profesores han fallecido en la espera de una solución. En este momento recordamos, junto a muchos otros maestros, al profesor andino Mario Allendes, dirigente y gran luchador por el tema, quien lamentaba que su vida terminaría sin que la deuda se hubiera resuelto.
Como se ha visto, tanto los profesores como el Poder Legislativo han presentado iniciativas sin que el Ejecutivo, durante todos estos años, responda a ninguna de ellas.
Resulta paradójico que esta deuda que se originó con la municipalización del sistema educativo hace más de 30 años, siga sin resolverse cuando estamos ad portas del proceso contrario (desmunicipalización) y que, al mismo tiempo, se sostenga que la Educación y los Adultos mayores –grupo etario al que pertenecen los docentes a quienes se les debe pagar esta deuda- sean algunas de las principales prioridades para el Gobierno.
Si esta deuda se ha hecho histórica, también lo ha sido la paciencia; seguiremos trabajando para que los discursos finalmente se transformen en acciones conducentes a una solución digna y efectiva, porque los profesores no permitiremos que el olvido sea también histórico.