Por: Eugenio Astudillo Leal
El Día Internacional de la Mujer Trabajadora, el 08 de Marzo de cada año, reivindica los derecho fundamentales de la mujer trabajadora, que antes le eran negados por una sociedad machista, y que se les conmemora desde el año 1911, en la Europa Central.
Las Naciones Unidas, declaró en su Asamblea General, en el año 1975, al 08 de Marzo, como Día Internacional de la Mujer y desde el año 1977, el mismo día, fue rebautizado como Día Internacional de la Mujer y la Paz Internacional.
En la actualidad parece increíble pensar que la humanidad se haya demorado tanto en reconocer el valor de la mujer en la sociedad mundial. Nadie hoy, en cualquier lugar del planeta; especialmente en las sociedades occidentales, podría concebir esta época, sin la presencia de este bello ser a nuestro lado, que inunda nuestro universo de hermosura, ternura y amor, en toda la extensión de la palabra.
Versa un refrán antiguo “Detrás de un gran hombre, siempre hay una gran mujer”, que acomodado a la realidad de hoy día, tendría que ser “Al lado de los hombres de bien, siempre los guía una gran mujer”. Y esa máxima se repite día a día, sin discusión, en todas las clases y organizaciones sociales, con la gran diferencia que ahora, tras el gran desarrollo alcanzado por la mujer en esta sociedad contemporánea, el dicho solo se debe limitar a reconocer que “Ellas, las mujeres, son el gran ser de nuestra realidad”
No concibo la presencia humana en este planeta sin la presencia decidida y desinteresada de las mujeres que hoy lo habitan junto a nosotros. Por muchas leyes que permitan otros tipos de convivencias, nada es comparable para el hombre hecho y derecho, que la presencia sincera, delicada y perfumada de las mujeres de hoy, sean ellas en condición de hijas, hermanas, esposas, madres, tías y abuelitas, etc. Las Mujeres de ahora; en cada unas de sus funciones, siempre han sido y serán el pilar más fundamental del desarrollo sustantivo de la especie humana, no solo como ente reproductores, sino que, en su condición de seres generadores de cariño, bondad y comprensión, que tanto necesita nuestra especie en este momento.
En este sincero saludo que trato de brindar con mis modestas palabras a este hermoso ser que nos acompaña en el día a día, me cuesta un poco incorporar a las mujeres, que en buena parte hoy se está dedicando al quehacer político. Sudamérica no ha sido en buen ejemplo de éxito en esto, y es tangible ver en casa y el vecindario internacional cercano, que las mujeres; en general, en esto, aun están en deuda con su calidad. Un buen amigo me decían el otro día – Lo que pasa es que la mujer política de este continente, mientras es candidata a algún cargo, siempre critica la actitud inepta y corrupta del político varón, pero una vez en el cargo, lo imita, y lo que es peor, lo hace mal, dejando en evidencia, que no actúa como de una mujer se espera.
En todo caso; salvo estas excepciones cercanas, las mujeres merecen siempre y no solo este día, todo nuestro respeto y agradecimiento por ser ellas como son, y por acompañarnos; a nuestro lado, en este constante crecimiento social y familiar que hoy todos tenemos gracias a ustedes. FELIZ DIA INTERNACIOAL DE LA MUJER, A TODAS Y CADA UNA DE LAS ESFORZADAS Y HERMOSAS MUJERES DE LOS ANDES Y SUS COMUNAS.
Cumplido este saludo protocolar, ahora me puedo ir tranquilo a la casa, a planchar la ropa, a lavar los platos, a preparar la comida de mañana, y dejar que mi mujer salga y celebre hoy con sus amigas hasta las 05 de la madrugada…… para eso es su día ….¿O estoy equivocado? ¿Le estoy poniendo mucho? Con esta crónica salvo mi salida de anoche…