Por: Eugenio Astudillo
El día 31 de Octubre de cada año, desde el 2008, fecha en que fue instaurado por la Presidenta Michelle Bachelet como día feriado, se conmemora en todo el país “El Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes”, en recuerdo de la vez en que Martin Lutero clavó en la Iglesia del palacio de Wittenberg las 95 tesis, que dieron inicio a lo que se conoce desde entonces como la Reforma Protestante del cristianismo, en el año 1.517.
La Ley 20.299 que determina este feriado en Chile, destaca el rol social que han desarrollado en el país las Iglesias Evangélicas y Protestantes, reconociendo el importante crecimiento del número de seguidores de esta fe en nuestro territorio, que actualmente ya llega a un porcentaje cercano al 20% de la población, según los últimos sondeos.
Con el pasar del tiempo, las varias iglesias cristianas protestantes y evangélicas que existen en el país se han adentrado en las familias chilenas con su especial llamado de adorar a Jesús, por su sentido de pertenencia y hermandad cristiana, que aparte de ganar adeptos a su causa, los ha llevado a tener con el tiempo un acrecentado respeto de toda la sociedad, sean o no creyentes.
Para destacar la forma, el estilo y la consecuencia de los cristianos seguidores de estas iglesias en el país, me centraré en destacar la vida y el aporte que hizo para esta causa un distinguido predicador que llegó a Chile, por nuestra ciudad; Los Andes, en el siglo XIX, y que mucho influyó en la masificación de esta fe durante la primera época de nuestra república, cuando aún la Iglesia Católica era la religión oficial del Estado.
Don Juan Bautista Canut de Pon, llamado por algunos “El Reformador Chileno”, nació en Valencia, España, el 30 de Septiembre del año 1846, ingresando en su adolescencia a escuelas Jesuitas en donde después fue Sastre y Monje, hasta el año 1870 fecha en que fue enviado a la Argentina, desde donde viajó a nuestro Los Andes, en lomo de mula, una vez renunciado a la congregación jesuitas por diferencias fundamentales. En Los Andes contrajo nupcias con la señorita Virginia Robles Aguilar y se dedicó al comercio de telas. Posteriormente en San Felipe instaló una sastrería y es ahí donde conoce a un misionero protestante y vendedor de biblias llamado Robert Mac Lean, con quien estableció una gran amistad y junto a él proclamó la biblia en diversas partes de la actual Quinta Región, en donde Canut destaco por ser un acalorado pregonero de la palabra de Cristo. Posteriormente, conoció y fue discípulo del gran Predicador Williams Taylor, con larga trayectoria en Asia, África y Europa, que lo fascino por sus obras y servicios, incorporándose así al a la Iglesia Metodista, siendo un excelente predicador de su doctrina en varias regiones del país.
“Vengo a daros una maravillosa noticia”. Con esta frase comenzaba habitualmente sus famosas y encendidas prédicas en las esquinas de cualquier barrio, que lo destacaron como persona y predicador del evangelio, lo cual mantuvo hasta su fallecimiento en el año 1896, dejando a su haber muchos seguidores, a los cuales con el tiempo la gente ubicó como “Los seguidores de Canut”. O simplemente como “Canutos”, vocablo con el cual se les identifico en buena parte del siglo pasado, en buena forma.
En el Día de Las Iglesias Evangélicas y Protestantes, enviamos un gran saludo desde esta columna a todos los miembros de estas importantes Iglesias, reconociendo la importancia de sus movimientos religiosos y de los servicios prestados a la Patria, rogándoles, que en esta oportunidad, sigan rogando a Dios por la pronta solución de los problemas que afectan hoy a nuestra querida patria, y que todos los chilenos trabajemos; por fin, en paz y unión.
FELIZ DIA.