Por: Eugenio Astudillo Leal
Convencido de que el “Día de Los Enamorados” era otro día más de invención comercial –marketinera, me puse a escudriñar en la vida de San Valentín, noble cura de la época del Imperio Romano, el que a todas luces aparece hasta hoy como un santo tan amoroso y preocupado de las parejas, que incluso rindió su vida por ello y fue martirizado un 14 de Febrero del año 270, bajo el gobierno del Emperador Claudio III .
Este curita apostólico, metido en temas republicanos como es tradición en la Iglesia Católica hasta hoy día, quiso presionar un mandato del emperador romano de entonces, que en una sustancial y rápida reforma; sin congreso por entremedio, decidió que los jóvenes ciudadanos romanos no se casaran, porque puros y vírgenes; sin familia, eran mejores soldados a la hora de defender el gran imperio, y se comprometían, sin ninguna atadura, a defender hasta con sus vidas, las nobles causas de Roma.
San Valentín, sin igual sacerdote defensor de los derecho humanos y sexuales de la época; Siglo III, en abierto desafió a la autoridad, siguió casando para callado en su iglesia a los jóvenes que así lo requerían, creándose algo así como una “Vicaría del Amor”, la que prontamente fue denunciada por los jefes del ejército romano y el Gobernador de Roma de entonces, quienes lo acusaron ante Claudio III, para que lo llamará a terreno.
El curita, famoso ya por sus casamientos, y dado su prestigio como líder de opinión, fue invitado cordial y adecuadamente a palacio a conversar con el emperador, ocasión en que gracias a su gran don de la palabra, medio convenció al débil Claudio III, quien estuvo a punto de cambiar su disposición, y echar marcha atrás en su decreto. El Gobernador de Roma llamado Calpurnio y sus jefes militares de entonces lo hicieron cambiar de opinión, y obligaron; a la influenciable autoridad; a encarcelar al amoroso Valentín.
Ya en la cárcel, el encargado de la misma, queriendo poner en ridículo al Santo ante sus subalternos y otros oficiales del presidio, le pidió hiciera un milagro para devolver la vista a su hija Julia, que había nacido ciega. Ante las suplicas del Santo curita, Dios devolvió la visión a la niña, logrando con esto la conversión al cristianismo del oficial romano y de toda su familia.
No obstante, el milagro y otros servicios prestados en la misma causa del amor a los jóvenes y al imperio, el curita siguió encarcelado, y después de fuertes martirios recibidos, fue ejecutado el día 14 de Febrero del 270.
La joven Julia, favorecida con el milagro de la recuperación de su vista, como un reconocimiento al Santo, plantó un Almendro a lado de su tumba, razón por la cual ese árbol y sus flores representa hasta hoy, el símbolo de un amor sincero, puro y duradero.
Lo crea o no, este es el motivo real del recuerdo en este día, de este Santo relacionado con el amor en pareja, parejas normales, parejas entre hombre y mujer, como era entonces, que conlleva todos los gratos pormenores y obligaciones que existen en una relación amical, de complicidad y de amor entre personas de ambos sexos.
Al final, como habrá podido apreciar el lector en todo lo detallado, este no es un día organizado como fórmula de venta comercial, sino no que, por tradición religiosa de más 1700 años. En Estados Unidos y en Canadá, allá por los años 1840 se retomó el recuerdo de este día con la entrega de postales relacionadas con el tema, que se llamaban “valentines”, en que; como debe ser, el amor se recordada con una simpe y sincera tarjeta en que se expresaba en forma escrita el amor entre un hombre y una mujer.
Consejo importante: Para el día del amor sea sincero, solo regale y exprese amor…..Lo material se deteriora, se pierde, generalmente es por compromiso.
Precaución; no confunda; en Chile este es el día del amor, el de los enamorados, el de pareja. No lleve flores a la vecina, a la secretaría o la colega de oficina. Puede ser considerado acoso y recibir como agradecimiento un feroz cachuchazo. Prevenga.
FELIZ DÍA DE LOS ENAMORADOS