Dia Internacional de la Felicidad

Dia Internacional de la Felicidad

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Por: Eugenio Astudillo

La Asamblea General de la ONU decretó en la resolución 66/281 del 2012, que el 20 de marzo se celebrase el Día Internacional de la Felicidad, para reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos, y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno en todos los países. La resolución reconoce además la necesidad de que se aplique al crecimiento económico un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado, que promueva el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la felicidad y el bienestar de todos los pueblos.

La resolución fue iniciada por Bután, un país del sur de Asia, que desde principios de la década de 1970 reconoce el valor de la felicidad nacional sobre el de los ingresos nacionales y que prioriza la Felicidad Nacional Bruta sobre el Producto Nacional Bruto. Fue, además, país anfitrión de una Reunión de alto nivel sobre «Felicidad y bienestar: definición de un nuevo paradigma económico» durante el sexagésimo sexto período de sesiones de la Asamblea General de la ONU.

Desde 2013, las Naciones Unidas han celebrado el Día Internacional de la Felicidad, como reconocimiento del importante papel que desempeña la misma en la vida de las personas de todo el mundo. Sin embargo, la felicidad, hoy en día, en todo el planeta, está seriamente amenazada, y no solo por el ataque del peligroso Coronavirus que nos aqueja, sino que, también, por la verdadera “Torre de Babel” que vivimos, como habitantes de la Tierra, y al interior de casi todos los países del orbe, como el nuestro, en que nadie se entiende, vivimos en conflicto, desunidos, en un clima de violencia, crímenes por doquier, y malas intenciones, olvidando que para la felicidad de los pueblos, se requiere como mínimo, de valores fundamentales tales como la amabilidad, la tolerancias y la compasión, especialmente en tiempos de crisis, como soportando y enfrentando la pandemia que hoy nos aflige.

La muerte de infantes inocentes, de mujeres jóvenes, de policías y hombres vilmente asesinados, más la delincuencia exacerbada, de todo tipo, que hoy sume al país en un estado de inestabilidad e inseguridad nunca vistos, mas, el permanente aporte negativo que desde hace tiempo distingue a la acción la política como factor negativo en la intranquilidad del país, en todas sus esferas, públicas y privadas, hace que los chilenos veamos cada vez más lejano los días de felicidad que persigue para todos las Naciones Unidas, con esta resolución.

Es esto estamos al debe. Y es allí donde ahora debemos trabajar con más ahínco que nunca. Pero para eso, debemos darnos los cambios reales y urgentes que hoy verdaderamente necesitamos en nuestras conductas humanas y sociales, volviendo a dar valor a las vidas humanas, animales, y vegetales, ser honesto consigo mismo y los demás, desterrar la mentira y la corrupción de nuestros hábitos, cambiar la forma de hacer política tanto de gobiernos como de oposición, y reforzar las valores positivos y nacionales que en alguna época nos distinguieron en Latinoamérica. Si bien todo esto se ve difícil, en medio de esta maraña de discrepancias y división que vivimos hoy, debemos hacer como chilenos, un último esfuerzo, en pensar y orientarnos por el bien común, en que cada uno deje de hacer lo que quiera, cuando quiera y como quiera, olvidando valores tan importantes como la tolerancia, el respeto y la disciplina, concepto que seguramente nos ayudarán a unirnos como chilenas.

En este aspecto nada nos será regalado, y depende de la fuerza que pongamos en nuestro deseo de lograr a tener nuestra tierra prometida, que lograremos acercarnos al verdadero concepto de felicidad que cada uno de nosotros tenemos, para nosotros, nuestra patria, nuestra hermosa ciudad, linda familia y buenos amigos. Solo así podremos ser un país verdaderamente feliz, unido y sincero.

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