Los primeros martes de mayo se celebra el Día Mundial del Asma, enfermedad respiratoria crónica más frecuente según cifras de la Organización de la salud. Este año, en medo de la pandemia de COVID-19, la fecha dará énfasis al autocuidado de quienes lo padecen.
El Asma es una enfermedad inflamatoria crónica de la vía aérea, que se diagnostica habitualmente en la infancia. Afecta a cerca de un 20% de los niños y adolescentes y se mantiene en el tiempo hasta la adultez y la adultez mayor.
“Este cuadro se caracteriza por la obstrucción de la vía aérea, generando que la persona sufra falta de aire debido a una sobrerreacción frente a estímulos que, para la mayoría de las personas, son inofensivos. Estos pueden ser el ejercicio, los alérgenos, el humo del cigarro, los virus, entre otros”, detalla Sofía Ganz, Kinesióloga experta en rehabilitación respiratoria y académica de la Universidad San Sebastián.
Cuando se produce esta hiper reacción se genera una contracción de la musculatura y una inflamación aguda de la vía aérea,“tras lo cual aparece el típico silbido, la tos y la sensación de ahogo o pecho apretado”, dice la experta.
Respecto a la pandemia de COVID-19, Ganz destaca que aún no está claro que los asmáticos manifiesten la infección por COVID-19 de manera más severa o grave, y que incluso hay evidencia de que presentan una tasa de mortalidad más baja.
Entonces, ¿Qué debe hacer un asmático frente al COVID-19?
La kinesióloga explica que los cuidados y precauciones deben ser los mismos que ha indicado la autoridad sanitaria, pero que sí debe agregar algunos extras, propios para personas con esta patología. “En primer lugar, sí o sí debe estar vacunada contra la influenza, lo que no evitará que se infecte con COVID-19, pero sí disminuirá el riesgo de mortalidad por un virus prevalente en los meses de invierno, o que padezca ambas infecciones al mismo tiempo, lo que aumentaría la severidad de las manifestaciones”.
También es importante que no suspenda el tratamiento inhalatorio indicado por su médico, asimismo, debe mantener una buena higiene de su aerocámara, la que debe ser de uso personal y exclusivo. “Detener el uso de inhaladores podría ocasionar una descompensación de la enfermedad, generando aumento de su sintomatología. La idea es evitar tener que acudir a una urgencia, donde existe un mayor riesgo de contagio con el virus”, enfatiza la profesional.
Finalmente es importante no exponerse a los habituales desencadenantes de crisis, “como el humo de cigarro u otros contaminantes, también deben evitar el contacto con personas enfermas, los cambios bruscos de temperatura, o cualquier elemento o circunstancia que lo lleve a manifestar los síntomas del Asma”, concluye la académica de la USS.