Juan Pablo Ogueda
Académico Escuela de Psicología Universidad de Las Américas
Algunos teóricos proponen considerar al medio ambiente como nuestro exometabolismo. La serie de procesos físicos y químicos que ocurren allí impactan de manera directa o indirecta en nuestro funcionamiento, determinando en último caso nuestra supervivencia como individuos, de la misma forma que nuestro metabolismo interno. Visto desde esta perspectiva, persona y ambiente son una unidad indivisible, un sistema complejo cuyas interacciones determinan el desarrollo de sus miembros.
La concepción de un ambiente visto como separado de nosotros, lejano, ajeno, como un material del que podemos disponer, es uno de los problemas que nos han llevado a la crisis ecológica que estamos viviendo. Este separatismo propio de la edad moderna, ha propiciado la explotación de nuestros recursos ambientales y la contaminación indiscriminada de ecosistemas completos porque no tenía consecuencias para nosotros. Hasta ahora.
El Día Mundial del Medio Ambiente es una invitación para que todos y todas podamos apropiarnos de nuestro ambiente, sentirlo como parte nuestra, de tal manera que cuidarlo sea parte natural de nuestra vida, de la misma forma que cuidamos de nosotros mismos. De esta manera, estamos además cuidando a todos nuestros congéneres, pues el planeta nos pertenece a todos. Al final, la crisis ambiental y la pandemia nos devuelven a nuestra máxima evolutiva como especie: vivimos y sobrevivimos juntos, y solo juntos.