Por Senador Francisco Chahuán
El 3 de marzo recién pasado se cumplió un año desde que se anunció en nuestro país el primer caso positivo de covid-19. El virus transformó nuestras vidas y se convirtió en una pandemia que azota todavía al mundo entero, aunque hoy con la luz esperanzadora que entrega el añorado proceso de vacunación, del que nuestro país es ejemplo a nivel regional y mundial.
Los servicios de salud, en todos los niveles, se convirtieron en pieza clave y angular, arriesgando sus vidas y dejando muchas veces de lado a sus propias familias y seres queridos, por entregarse al bien común de la población.
Los Andes no fue la excepción, con tristeza profunda, nos enteramos el 7 de julio de 2020, del fallecimiento del doctor Ricardo Tobar Herrera. Andino, de esfuerzo y dedicación, de buen trato, empático, de alta ética y profesionalismo, y al que el covid-19 le arrebató la vida.
El doctor Tobar Herrera pasó por las aulas de la Escuela Parroquial de Los Andes, por el Instituto Comercial y comenzó su vida de trabajo en la planta automotriz Peugeot, donde desempeñó labores distintas a las que le conocimos gran parte de su vida.
Partió a Cuba, allí se formó en medicina en la Universidad de La Habana y en 1992 su título fue reconocido por la Universidad de Chile. Previamente, desempeñó funciones en el Cesfam Centenario y en el entonces Consultorio de San Esteban. Así mismo, el doctor Tobar, ya como médico reconocido en nuestro país, pudo ayudar a la buena salud de pacientes que se atendían en el Hospital de Los Andes, en Clínica Río Blanco y otros establecimientos.
Dentro de sus cualidades, destacó su deseo de aportar a la formación de nuevos profesionales, por lo que también desempeñó labores docentes. Paralelamente, y siempre comprometido con el servicio a los demás, Ricardo Tobar Herrera, cumplió su abnegada tarea de médico en el Hospital San Borja Arriarán. Fue en este último recinto asistencial en que prestó ayuda a cientos de pacientes que se vieron infectados con el coronavirus, y en medio de esto, él también se contagió.
