Eclesiástico 27,30-28,7 ; Romanos 14, 7-9 ; Mateo 18, 21-35
Por: El Peregrino
Un aspecto importante en la vida de toda comunidad, familiar, eclesial o social, es el saber perdonar. Si el domingo pasado Jesús nos enseñaba cómo corregir al hermano que falta, hoy nos dice, que en todo caso, debemos saber perdonar. Consigna difícil que nos ha dejado Jesús a sus seguidores.
Ya desde el A.T se nos invita a saber perdonar al hermano, cosa que Jesús nos enseñará todavía con más énfasis. Se habla mucho de justicia pero de perdón, no
En el texto a los Romanos, Pablo, quiere que sus lectores sepan distinguir entre lo que es importante y lo que no. Lo principal es nuestra unión con Cristo Jesús. Todo lo demás es relativo.
Esta parábola afirma que cada uno va a recibir de Dios el trato que cada cual le dé a los demás. Es decir, el comportamiento de cada uno con los otros es la medida del comportamiento que Dios tiene con cada ser humano. Por tanto, el respeto, la tolerancia, la estima, la capacidad de perdón que cada ser humano tiene con las personas con las que convive, ese va a ser el respeto, la tolerancia, la estima y el perdón que va recibir de Dios.
¿Por qué hay personas incapaces de tratar a los demás como ellos quieren ser tratados? Porque no tienen más referente ni más criterio que las gratificaciones inmediatas de los que les satisface. La parábola de este evangelio deja patente que quien procede así, en el fondo, es el ser más desgraciado.
¿Cuesta el perdón? Si y mucho, pero es una tarea y un desafío para cada uno de nosotros los discípulos de Jesús. Irradiar amor por todas partes y allí irá brotando el amor.