Éxodo 22,20-26 ; 1Tesalonicenses 1,5-10 ; Mateo 22, 34-40
I Por: El Peregrino
En estas lecturas se nos advierten una vez más que la cercanía a Dios implica siempre un cambio profundo tanto en nuestra existencia como en nuestra manera de relacionarnos social, política y religiosamente. Dios desvía nuestra mirada de los que hacemos a diario y nos motiva, reclama otra manera de ver los momentos históricos y las situaciones que requieren nuestra atención. <pero nos reclama también la responsabilidad que tenemos en conciencia, de las diversas situaciones que provocamos en la vida de los demás. Hay en las lecturas un hilo conductor. Los que nos rodean, sus vidas, las situaciones que atraviesan son nuestra responsabilidad. Esta perspectiva Ética, para las personas creyentes se apoya en un descubrimiento, hemos sido amados por Dios. El amor se convierte, una vez más, en la medida que debe aplicarse en nuestra vida para que florezca.
Amar a Dios y en este amor descubrir el amor a todos los hermanos y envolverlos. En este mismo amor con que el Señor los ama. Todo lo que existe en la ley se resume en el amor. El amor del Señor y el amor al prójimo no son más que uno. El amor de Dios es ante todo compasión. Esta palabra quizás puede sonar sorprendente para el hombre de hoy y, sin embargo, esta piedad no es un sentimiento que degrada sino una piedad que eleva.
Compadecer es amor al otro en tanto que es amado, es penetrar en la misma realidad del amor, es darle todo lo que tenemos de la misma manera que Dios da. Para descubrir el amor del Padre es necesario descubrir el amor de los hermanos, es necesario también descubrir el amor de aquellos a los que se les maltrata: Los inmigrantes, las viudas, los huérfanos. Todos los que han hecho la dura experiencia de la opresión. A partir de aquí, el Señor ha hecho comprender la unidad del amor divino y del amor fraterno.
El Señor ha querido que en nuestra experiencia del amor a los otros, sean compasivos, descubramos la compasión de Dios, su amor y ternura infinita.
Este amor al prójimo se concreta muchas veces por la Palabra de Dios. La parte del “código de la Alianza” que hemos leído en el Éxodo son , tal vez, las normas a las que en nuestra sensibilidad hemos dado menos importancia hasta ahora. Moisés desciende a detalles que no han perdido nada de actualidad. Lo que hagas con alguno de esos más pequeños , dijo Jesús, “conmigo lo has hecho”