Por: Eugenio Astudillo.
Por más de cuarenta años el nombre de “don Mario” resonó en Esmeralda 130, sede del Cuerpo de Bomberos de Los Andes, y sus dos primeras compañías, La Primera y La Segunda.
Allá por los primeros años de la década de los sesenta, un siempre delgado Mario Calderón llegó a ocupar uno de los dos cargos de cuartelero vigentes a la época, cuyo función general era mantener el cuartel, los carros bombas, atender el teléfono, dar la alarma de incendios, manejar las máquinas bomberiles, operarlas durante el combate de incendios, traerlas de regreso al cuartel, limpiar los carros y los equipos de bomberos y, estar atento a otra emergencia. Todo lo anterior, soportando los pedidos de los más de 150 bomberos de la época.
Don Mario estuvo por más de cuatro década viviendo en el Cuartel de Bomberos. Ahí junto a su mujer Juanita, quien le ayudaba en todo, soportaron estoicos una generación de bomberos; ahora viejos, como yo, que con la ayuda de ellos prestamos servicios en diferentes catástrofes y emergencias en el otrora singular y tranquilo Los Andes.
Don Mario tuvo 3 hijos; Mario, Liliana y Miriam, quienes lo premiaron con 5 nietos y hoy 4 bisnietos. El Cuerpo de Bomberos de Los Andes lo despidió con honores en un acto público en plena Plaza de Armas de Los Andes, cuando se acogió a su merecido retiro.
Ayer, domingo de madrugada, el corazón de este noble don Mario, se detuvo a los 89 años de edad, y tomó su último carro bombas camino al más allá a su merecido descanso. Increíblemente lo sobrevive su esposa de siempre, la amorosa señora Juanita, quien, con sus recién cumplidos 96 años, se acuerda de todas las travesuras y parrandas de sus entonces chiquillos voluntarios.
Don Mario, Cuartelero, siempre fue un hombre simple y respetuoso, con una pasmosa capacidad para conducir carros bombas hacía las emergencias, con una enorme capacidad para soportar los gritos e intranquilidades en los diversos actos de servicios que participaba, pero lo que es más, un gran y motivado corazón dispuesto en toda ocasión, a servir a los demás, inclusos en ocasiones, más allá de sus fuerzas.
Con la muerte de don Mario, se van más de 40 años de historia del Cuerpo de Bomberos de Los Andes. En este tiempo, fueron miles los servicios en donde este recordado Cuartelero, sirvió desde su humilde cargo a muchos andinos, por eso que el día de hoy queremos rendirle un homenaje desde estas páginas, y darle las gracias, por haber sido el más fiel colaborador de los bomberos andinos.
Quizás uno de momentos de mayor emoción de recordar a don Mario, es conversar con su esposa Juanita, que hoy lo sobrevive cercana a los 100 años de edad, y que pese a algunos achaques de salud, tiene un recuerdo pleno de los que hace ya varios años fuimos bomberos andinos.
Estimado don Mario, prepáranos el Cuartel del más allá, Ahí nos veremos. Nunca te olvidaremos, querido, admirable y leal Cuartelero.
Hoy lunes 25, su misa será a las 16 horas, en la Iglesia la Asunción. Te esperamos