Por: Felipe Díaz, académico Facultad de Enfermería U. Andrés Bello
Desde el 2013, todos los individuos mayores de 18 años son considerados presuntos donantes en Chile, a menos que ellos expresen su voluntad de no serlo mediante notario. En la medida que exista alguna duda de si el fallecido es donante, puesto que no expresó su negativa, son los familiares quienes toman la decisión final. En menores de edad, la decisión de ser donante es de los padres y/o tutores del menor de edad.
Durante el 2017, el número de donantes en Chile se ha elevado de manera importante, si se compara con años anteriores. Es importante este hecho puesto que las cifras siempre han estado muy por debajo de lo que se necesita. Cabe recalcar que actualmente hay cerca de 2000 personas en lista de espera por un órgano.
Los motivos de este crecimiento son multifactoriales, y se deben a la disminución de la negación de los familiares a aceptar la última voluntad del familiar fallecido; campañas de concientización y sensibilización a través de los medios de comunicación y medios gubernamentales que no apuntan a individuos o casos puntuales, sino que al hecho de convertirse en donantes efectivos; inyección de recursos por parte del gobierno, lo que en parte se tradujo en un aumento de procuradores de órganos trayendo como consecuencia el aumento en la pesquisa de posibles donantes de órganos en los hospitales; y cambios culturales en la población Chilena que han permitido que el número de donantes efectivos crezca.
Si bien, aún queda mucho por hacer, creo que este 2017 nos ha mostrado que como sociedad podemos seguir avanzando en una cultura de donación de órganos que nos permita cubrir la demanda en Chile.