Por: Jorge A. Walters A.
La Diputada Camila Vallejo, ha provocado recientemente un inusitado revuelo, especialmente en el sector de la ciudadanía más cercana al mundo creyente, al presentar un Proyecto de Ley, para suprimir la cuestionada “invocación de Dios”, cuando se abren las Sesiones en el Congreso Nacional.- … La agraciada Diputada Vallejo, como nos consta, es de esas personas a las que, o se las quiere, o se las odia, sin términos medios.- … Su condición de militante del Partido Comunista, contraria al mercantilismo y a la actual economía de mercado, sin duda, le juega en contra y provoca anticuerpos en quienes son anti-comunistas, o no aceptan la diversidad de visiones, de creencias, o de posiciones políticas.- …. ¿Cuál es la lectura, o interpretación correcta que se le debiera dar entonces al mencionado proyecto de ley?… El Rector de una Universidad Santiaguina y prestigioso comentarista, Carlos Peña, da a conocer su opinión personal al respecto, en el “Cuerpo D” titulado: (Reportajes) del Diario El Mercurio de este domingo 16 de Octubre.- … Peña es muy preciso y objetivo al señalar que, lo que ha planteado la Diputada Vallejo, nada tiene que ver con los que ciertos políticos creen entender, en el sentido de que ella según éstos, estaría negando la existencia de DIOS.- Tampoco según él, su proyecto apuntaría a pronunciarse sobre lo acertado, o erróneo de la fé, ni mucho menos, cuestionaría la posición que cada cual pudiera tener frente a este fabuloso misterio y tan formidable interrogante que, a juicio de muchos, como “Causa Primera” de todo cuanto existe, no se ha dilucidado, es decir, “aún no está resuelto” . … Las sociedades modernas agrega, se caracterizan por ser plurales y respetuosas de la diversidad.- … De ahí que, argumentaciones habrá muchas, tanto a favor, como en contra.- Algunos se preguntarán ..En estas ocasiones puntuales…¿Será necesaria la invocación de DIOS?.. otros dirán molestos: ¿ Acaso no hay cosas más importantes de las que los políticos se debieran preocupar?… Algunos señalarán… ¿Si el Presidente en ejercicio de alguna de la ramas del Congreso no fuera católico y tuviera otras creencias, ¿Se la aceptaría como algo legítimo que abriera la Sesión por ejemplo, en nombre de ALÁ?… Quizás, más de alguien también podría argumentar: Si esto es una antigua tradición… ¿Para que el cambio?…¿Por qué no dejar las cosas tal como están?… Algunos más apegados a la estricta legalidad dirán: Por tratarse de una práctica que se lleva a cabo en el Congreso y Poderes del Estado; por respeto a todas las creencias y para evitar controversias, ¿No sería más lógico que se dijera por ejemplo: “En nombre de la Democracia y de la Patria se abre la sesión? … ¿Podría tal vez, cuestionarse por algunos, o esgrimirse por otros, razones de carencia de legalidad, o de legitimidad, cuando una persona, sea este, (el Presidente de turno de la Cámara de Diputados, de la Cámara de Senadores, o de cualquier otra institución), que por costumbre, o por norma, en el ejercicio de sus funciones, se arrogara, o hiciera uso de una dudosa “Representación de DIOS” que no tiene, que nadie le ha conferido, ni que, tampoco puede comprobar, o certificar?… Nadie cuestiona que, todas las Religiones, así como, las múltiples creencias sinceras y honradas, que se disputan el mundo de los creyentes, además de cumplir una importante labor social, merecen por cierto, nuestro más amplio e irrestricto respeto.- Ellas norman la relación humana con la particular divinidad de sus creyentes y por lo tanto, como está legalmente establecido, su práctica se circunscribe a los sagrados y consagrados sitios de culto, como son los Templos, los Monasterios, las Iglesias , las capillas, etc. y desde luego la intimidad de las familias.- … Dicho lo anterior, sin perjuicio de que, cada cual pudiera tener una opinión distinta, o similar, a la opinión de Carlos Peña, debemos decir que, siendo objetivos, en justicia debemos reconocer que, para nada su razonamiento debiera considerarse ofensivo, o que menoscaba a alguien en sus creencias.- … Del mismo modo, no cabe duda de que, teniendo en consideración la vigente “SEPARACIÓN DE LA IGLESIA DEL ESTADO”, a partir de la Constitución de 1925, en que Chile, como tantas otras Naciones pasó a ser para siempre, un país LAICO, para un número creciente de ciudadanos, pareciera no ser adecuado, ni imprescindible que, se continúe con esta antigua, e incoherente costumbre, dado que, la modernidad considera que ya cumplió su ciclo y que, por ésta lógica y criteriosa argumentación, constituye para algunos(as), aunque sean pocos(as), un factor de molestia, de desunión, de irregularidad jurídica y de desarmonía fraterna.- .. Este argumento sobre el actual estado de cosas, nos guste o no, por la misma razón, haría recomendable LAICIZAR aquello que nuestra valiosa INSTITUCIONALIDAD REPUBLICANA, requiere y exige que se haga.- … Teniendo en cuenta que, Los Principios de LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD, consideran que, imponer a los demás lo que uno piensa, además de no ser justo, a no dudarlo, es una suerte de perversa, e indebida “colonización de su intelecto”… De ahí que…Por un CHILE unido en la diversidad y en el AMOR al prójimo, valdría la pena que todos aceptáramos que, la VERDAD que todos anhelamos, simbolizada por la LUZ, está compuesta por la diversidad de colores y matices que conocemos y que, ningún color, al igual como también debiera ocurrir en la política, debiera arrogarse ser el dueño absoluto de esa VERDAD.- ¡¡¡QUE ASÍ SEA!!! .-