Por: Rodrigo Solo
Todo está mal. Quizá es por el avión que pasea sobre mi casa de 6.45 am a 9 am. Quizá es porque nadie se pone de acuerdo, o todos andan saltones, pasto seco, polvorita. Quizá es culpa de los poderes fácticos, o el pelo rubio de Trump y sus pataletas de cauro chico (aunque no le sirvieron para nada).
El ambiente está raro. Mucho candidato además que le pone leña al fuego o al twitteo. Muchos quieren ser Presi, renuncian o los echan de sus partidos -a don Florcita se lo funaron- o quieren ser constituyente pero renuncian a ser diputados (aunque les dijeron que querían a otros armando la gran nueva norma).
Quizá es el calor del verano, tantos permisos que hay que sacar -según donde vayamos- en Comisaria Virtual.
Y lo último: suenan los teléfonos que indican evacuar la zona costera…(y sacar algún permiso ante cualquier fiscalización).
Rechanfle. Me perdí en el Triángulo de las Bermudas. El ambiente tan enrarecido, las señales equívocas.
Veo, en la tele, que se coparon las camas. No sé si eso generó el aumento de permisos de vacaciones.
Y tiembla más encima. No digo yo: todo está en un completo revoltijo.
Por ahora: si alguien me consigue la matrícula del avioncito, le estaría eternamente agradecido.
Los demás problemitas son …detalles.