EL CARA Y SELLO DE UN PADRE

EL CARA Y SELLO DE UN PADRE

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José Ramón Toro P.,

Por: José Ramón Toro Poblete, profesor Liceo Max Salas Marchán.

Hoy por hoy, el Día del Padre tiene su cara y sello. Las razones que expondré son producto de diálogos con estudiantes y adolescentes que tienen gran parte de razón y participación en el presente artículo.

Serán, para el caso, cuatro tipos o situaciones de padres que expondré, son los tipos de padres que los adolescentes me confidenciaron: el padre siempre presente que vive junto a sus hijos, el padre medianamente presente que vive junto a sus hijos, el padre ausente – presente (separado) y, el padre ausente – ausente (separado).

Sabemos que un padre, es un modelo para sus hijos, una impronta que deja una huella indeleble (que no se borra) en el corazón de sus hijos.

Sabemos que, cada hijo varón, querrá repetir su experiencia grata, feliz, llena de seguridad, apoyo, confianza que le ha brindado su padre o, simplemente buscará jamás repetir o desear que sus hijos vivan y sufran una suerte de horfandad paterna que ellos vivieron. En ambos casos, los hijos, crearán un prototipo de padre en sus corazones que querrán emular o tendrán que vivir en la tensión de no ser o repetir esa experiencia. Será, para ellos, un fantasma negativo en sus vidas.

Es muy distinto que un hijo construya su ideal de padre, en el futuro, en base a uno feliz o en base a uno nunca deseado o infeliz. El segundo caso es una tensión y fantasma destructor; siempre estará allí. El no querer ser como fue su padre es muy estresante pues, ese posible no querer ser, lo arrastre irremisiblemente a repetir ese modelo no feliz de su infancia y adolescencia. Verá que no es posible romper con ese círculo vicioso. Se dice que, a padre violento, hijo violento y a hijo violento un potencial padre y esposo violento. Y, las estadísticas no mienten cuando se analiza y cuantifica la violencia intrafamiliar.

Si esta pequeña reflexión, a partir del sentir de los adolescentes, llega a manos y es leído por un padre, mi esperanza es que tenga un breve momento de reflexión y que vea en cuál de las cuatro situaciones (según el propio sentir de los adolescentes) se encuentra.

Los hijos, aunque sea no plausible; sufren y muchísimo. Y, no dudo de los padres (especialmente los separados) que también lo han de sufrir porque un padre es mucho más que un proveedor, esa es una responsabilidad que es parte de la paternidad (incluso punitiva penalmente si no lo hace). Lo complejo es que un padre confunda responsabilidad con esencia. La esencia de un padre es proximidad, ternura, consejo, firmeza, seguridad, presencia, confianza a toda prueba, corrección, apoyo, certeza, experiencia, conocimiento. Y quiero subrayar lo siguiente (según los adolescentes): ¡Seguridad!.

Seguridad es lo que entrega la presencia y cercanía de un padre hacia un hijo (la ternura la desplazan hacia la madre).

El sentido de pertenencia, da Seguridad. Ellos dicen ¡Mi papá!,,, siempre se refieren a “mi papá” estando, éste, ausente, lejano o siempre presente.

Que el Día del Padre, a nosotros los padres; nos permita reflexionar (más que esperar un saludo, regalo o reconocimiento) en qué calidad de Padre soy, sin perder de vista esa hermosísima imagen de Padre que Jesús nos enseñó en la Parábola del Hijo Pródigo: un padre que espera, un padre que sale al encuentro, un padre que acoge, recibe, entrega cariño, regala el perdón, que celebra el estar junto a su hijo.

¡Papá! Jamás olvides que, tú, harás posible que tus hijos puedan decir en sus corazones, siendo pequeños o adultos, con gran libertad ¡Padre Nuestro!. En efecto ¿cómo podrán decir Padre Nuestro, si no tienen una imagen positiva de un padre terreno? ¿Lo habías pensado así?

Por último, envío un saludo muy especial a los padres que, por motivos de fuerza mayor o de trabajo, no podrán estar junto a sus hijos y, mi pública admiración y gratitud por mi papá (q.e.p.d) mi gran maestro que tanto me amó y regaló.

Que sea feliz.

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