El Color de Los Andes

El Color de Los Andes

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Christian Fernández

Los Andes desde el aire pareciera ser un punto urbano en una enorme extensión de áreas verdes. Usando herramientas gratuitas en internet, podemos ver la ciudad y su extensión desde el satélite. Sorprende ver todo el verde que nos rodea, no obstante éste color forma legítimamente parte de patrimonios privados los cuales no permiten atravesar ni visitar estos verdes entornos.

Latente en mi memoria se encuentra el recuerdo de haber visitado potreros y ríos los cuales podían ser atravesados a campo traviesa sin importar sus deslindes. Juegos, aventuras y una que otra travesura, formaban parte de extensas jornadas de juegos en el campo. Atardeceres los cuales me llenaron de gozo mirando el río sentado sobre las piedras junto a mis inseparables amigos.

Acompañando los deseos de nuestros padres, los paseos familiares de antaño tenían como finalidad encontrarnos con las áreas verdes más agrestes y nativas del valle. Extensiones silentes donde sólo el ruido de la alegría y las brazas de los asados eran los protagonistas. La idea era huir de la ciudad.

La evolución de las ciudades ha tomado rumbos distintos. La vorágine actual por la eficiencia, ha convertido a las calles del original damero español, en vías pensadas solo para el desplazamiento vehicular, olvidando así… lugares de esparcimiento, encuentro y descanso para sus peatones.

La Ciudad de hoy no cuenta con parques, plazas ni micro plazas. Solo una plaza de armas que es más de lo mismo… muchas veredas en mil direcciones que no invitan al peatón a encontrarse. Solo a quedar en el borde mientras los otros peatones continúan su rumbo.

Según la Organización Mundial de la Salud se considera digno 9m2 de area verde por habitante. Si utilizamos los números oficiales en los Andes deberíamos tener alrededor de 99 Hás de Areas Verdes. Por el contrario, dentro del damero histórico de la ciudad – incluyendo la plaza de armas- no sumaremos más de 6 Hás verdaderamente públicas.

Malamente las ordenanzas consideran ciertos sitios eriazos o abandonados como equipamiento o área verde, sin embargo esta catarsis se refiere a lo verdaderamente verde. A las plantas, al árbol, a la antigua acequia. A los arbustos. A las flores.

Como vecinos, es nuestro deber incentivar la participación comunal en el desarrollo de nuevos proyectos como parques o plazas. Debemos exigir para que nuestras nuevas generaciones puedan sentir lo que sentimos nosotros en aquellos antiguos paseos. Debemos involucrarnos en consultas a modificaciones del plan regulador con el objetivo de que se concreten proyectos urbanos que consideren la clasificación de área verde. Con ello lograremos aumentar nuestra calidad de vida, aumentaremos la vida cívica, y sentiremos nuestra ciudad más viva y bella.

Los andes merece ser vista desde el satélite como un espacio más verde así como merece llevar los colores del T-R-A con mayor orgullo.

Por: Christian Fernández de Hut Arquitectos.

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