Por: Dr. Patricio Silva, Decano de la Facultad de Salud U. Central
Hace 40 años 134 países y 67 organizaciones se reunieron en Alma Ata, entonces capital de la República Soviética de Kazajistán, para sentar las bases de la Atención Primaria de Salud (APS). Así, el 12 de septiembre de 1978 la Conferencia declaró la importancia de la atención primaria de salud como estrategia para lograr un mejor nivel de salud de los pueblos, con el lema “Salud para todos en el año 2000”.
En un contexto económico y político mundial dominado por la Guerra Fría, y con una América Latina bajo la influencia de dictaduras militares, nuestro país estuvo también presente en la cita de Alma Ata. Si bien, en su momento, el gobierno militar en Chile no fue el entorno más propicio para promover la Declaración de Alma Ata que, entre otras cosas, buscaba el ejercicio pleno del derecho a la salud, ésta encontró eco en la sólida tradición de la salud pública chilena. Una salud pública con una organización ejemplar, a través del Servicio Nacional de Salud, sus direcciones regionales y la red de hospitales, consultorios urbanos y postas rurales, y con respaldo del mundo académico, encabezado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile.
La Atención Primaria se constituyó en una prioridad, entendida como puerta de entrada al sistema de salud y la estrategia de atención integral en salud, con énfasis en la prevención y diagnóstico precoz de enfermedades y fomento de la salud.
Hoy nuestro país presenta buenos resultados en los principales indicadores de salud. El aumento en la esperanza de vida, la disminución de la mortalidad infantil y materna, la erradicación de la desnutrición y la reducción de enfermedades infecciosas tradicionales son logros basados, en gran parte, en la protección en salud desde la Atención Primaria.
Este aniversario de Alma Ata nos sorprende con una realidad sanitaria totalmente diferente. Los desafíos actuales están en las enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes, obesidad, hipertensión arterial y cáncer; y en dar calidad de vida a la mayor cantidad de años que estamos viviendo.
Lo cierto es que mientras existan necesidades de acceso a la salud con equidad, las motivaciones de Alma Ata seguirán vigentes, y la Atención Primaria continuará siendo una estrategia clave para dar valor social a las políticas de salud de los gobiernos.