El Día de la Inmaculada Concepción 8 De Diciembre Poniéndole luz y razón a la fe

El Día de la Inmaculada Concepción 8 De Diciembre Poniéndole luz y razón a la fe

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José Ramón Toro

Por: José Ramón Toro Poblete, profesor Liceo Max Salas Marchán

En la Iglesia naciente, a María se la recuerda con el título de Madre de Jesús. Es el mismo Lucas quien, en los Hechos de los Apóstoles, le atribuye este título, que, por lo demás, corresponde a cuanto se dice en los evangelios: «¿No es éste (…) el hijo de María?», se preguntan los habitantes de Nazaret, según el relato del evangelista San Marcos (6, 3). «¿No se llama su madre María?» es la pregunta que refiere san Mateo (l3, 55).

El título de Madre de Dios, ya testimoniado por Mateo en la fórmula equivalente de Madre del Emmanuel, Dios con nosotros (Cf. Mt 1, 23), se atribuyó explícitamente a María sólo después de una reflexión que duró alrededor de dos siglos. Son los cristianos del siglo III quienes en Egipto, comienzan a invocar a María como Theotókos, Madre de Dios.

El concilio de Efeso, en el año 431, define el dogma de la maternidad divina, atribuyendo oficialmente a María el titulo de Theotókos, con referencia a la única persona de Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre.

A partir del siglo IV, la Iglesia occidental no tiene el mismo ritmo que la oriental en profesar la Concepción Inmaculada de María. La herejía nestoriana que atacó directamente, única en la historia, la prerrogativa máxima de la Virgen, su divina maternidad, y que iba extendiéndose en el siglo V, ofreció más frecuente ocasión y aun necesidad de exaltar la soberana figura de la Bienaventurada Madre de Dios; al paso que en Occidente, en esta misma época, el hereje Pelagio desfiguraba el concepto de pecado original y sus funestas consecuencias en los hombres, por lo que los Padres se ven constreñidos a tratar antes de la universalidad del pecado que de la gloriosa excepción que representa la Virgen.

En el siglo VII, y por obra de San Ildefonso, Arzobispo de Toledo, ya se celebraba la fiesta de la Concepción Inmaculada en España. Algunos, empero, dudan de la autenticidad del documento en que se apoyan los que lo defienden.

Pero con toda seguridad se celebraba ya en el siglo IX, como aparece por el calendario de mármol de Nápoles, que reza: «Día 9 de diciembre, la Concepción de la Santa Virgen María». La fecha de la celebración (la misma en que la celebran los orientales) indica que la fiesta transmigró de Oriente, con el que mantenía intensa relación comercial Nápoles. No es ésta la única constancia que queda de la celebración litúrgica. Por los calendarios de los siglos IX, X y XI sabemos que se celebraba también en Irlanda e Inglaterra.

El día 8 de diciembre de 1854, el papa Pío IX, rodeado de 92 Obispos, 54 Arzobispos, 43 Cardenales y de una gran multitud de fieles, definió como dogma de fe el gran privilegio de la Virgen: «La doctrina que enseña que la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su Concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, es revelada por Dios, y por lo mismo debe creerse firme y constantemente por todos los fieles»… este es un trozo del contenido del documento papal.

Los Dogmas de la Iglesia cristiana católica, como podrán ver, no son cosas antojadizas sino, producto de años y siglos de meditación, estudios y discusiones teológicas sustentadas en la asistencia del Espíritu Santo, en las catequesis de los primeros Padres de la Iglesia Primitiva y en los concilios.

Solo pido que escuchen las sabias palabras y consejo de María “Hagan todo lo que Él, le diga”

Que sea feliz

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