Dr.. Denis Panozo Villarroel
Es una patología cruel e invalidante que golpea a muchos de nosotros, afectando la calidad del sueño, las relaciones laborales e interpersonales y en definitiva disminuyendo dramáticamente nuestra calidad de vida.
Solo en Chile afecta aproximadamente al 24 % de las personas que viven con diabetes, situación que también se presenta en quienes padecen de herpes zoster. Asimismo, un 33 % de los pacientes que presentan un cáncer avanzado tienen un componente neuropático en su dolor, mientras que aproximadamente el 45 % presenta un dolor mixto, es decir por su enfermedad base y un componente neuropatico.
Hay muchas entidades clínicas o diversas enfermedades crónicas que están presentes en nuestro día a día que llevan en sí dolor neuropático. Por lo cual es importante poder reconocer y así poder tratarlo en forma adecuada.
El dolor neuropático se manifiesta como un dolor urente (ardor o quemazón), un frió doloroso, toques o descargas eléctricas, hormigueos, percibe como si le clavaran miles de alfileres o agujas, adormecimiento de alguna extremidad, picazón o comezón y se produce una disminución de la sensibilidad al tacto, al pinchazo, al toque con un algodón.
Este tipo de dolor nos confunde y nos hace pensar que tenemos otras patologías ocultas, y serian como señales antes de aparecer en plenitud. Por lo cual crea ansiedad y pánico aumentando las angustias e intensifica las molestias.
Estos pacientes que padecen de estos dolores deben ser apoyados, tanto medica y por sicólogo en forma permanente, para bajar el perfil emocional que agravan aún más las molestias.
El dolor en sí, es un síntoma que nos alerta, que algo está pasando y nos ayuda para ubicar patologías o enfermedades, pero en este caso se ha transformado en algo odioso y para peor rebelde al tratamiento.