El encendido de la cámara: herramientas para potenciar su uso formativo en el contexto escolar

El encendido de la cámara: herramientas para potenciar su uso formativo en el contexto escolar

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Por: Dr. Alejandro A. Barroso Martínez.

Profesores y familias de todas las latitudes realizan un trabajo muy valioso para continuar la educación de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en el espacio digital. Hay momentos en que los y las estudiantes tienen algunas limitaciones tecnológicas ya sea en el acceso, la mantención o el manejo de estas plataformas digitales y, por lo tanto, encender la cámara se les dificulta. También hay momentos e incluso períodos, en los que éstos eligen no encender la cámara; y esto se observa con mayor frecuencia a medida que se aproximan a la adolescencia temprana.

Esto dificulta el recibir retroalimentación más acabada sobre cómo están aprendiendo, pero también los intercambios tanto con los profesores como con el resto de los compañeros. El vínculo se limita, y así también las posibilidades de brindar un acompañamiento emocional más seguro. No obstante, debemos tener paciencia y no presionar, porque la acción de apagar o encender la cámara puede estar lejos de ser el problema en sí misma ¿cómo podemos apoyarlos de manera práctica?

1. Propiciar un contexto favorecedor para la recepción:

a. Que el horario de clases de niños y niñas sea conocido por todos en la casa para que pueda ser respetado.

b. En la medida de lo posible, mantener fuera su alcance las cosas que suelen distraer su atención.

2. Acercamiento afectivo personalizado:

a. Recordemos que no presionar y respetar los tiempos individuales a veces es la mejor forma de promover el acercamiento afectivo.

b. Mostrarnos en la cámara como lo que somos, seres humanos que pueden permitirse beber un café, un té o agua a la vista de los demás.

c. Conocer la realidad sociocultural en la que transcurre la vida de los y las estudiantes favorece la empatía con sus ritmos individuales de aprendizaje.

d. Facilitar espacios de conversación sobre temas informales unos minutos antes o unos minutos después de la clase planificada.

e. Potenciar los espacios de tutorías individualizadas como espacios de escucha empática y trabajo en equipo entre profesor y estudiante.

f. Potenciar los espacios de contención y acompañamiento emocional personalizado como vía para fortalecer la seguridad y la confianza de los y las estudiantes.

3. Metodologías integrales:

a. Facilitar que los y las estudiantes puedan generar preguntas sobre sus aprendizajes.

b. Facilitar que las y los estudiantes puedan demostrar visualmente lo que han aprendido, con énfasis en sus potencialidades. Un ejemplo son las galerías de talentos, ya sean de temas variados o temáticas.

c. Facilitar el pensamiento crítico de modo indirecto a través de cortos de películas o imágenes, porque a veces es más fácil opinar sobre terceras personas que sobre uno mismo.

d. Promover el trabajo pedagógico en pequeños grupos.

e. Utilizar la cámara como parte del entretenimiento en el trabajo formativo. Ejemplos son dinámicas como: “Si tu fondo de pantalla pudiera decir algo que diría”, “si los olores del lugar donde estás ahora pudiera decir algo que diría”, o “la historia compartida”, cuando alguien comienza una historia, y el resto del grupo de manera improvisada y voluntaria debe ir completándola con efectos especiales, mímica de los personajes, voz, o actuando como narrador.

4. Potenciar el Sentimiento de Comunidad:

a. Promovamos el uso de símbolos como sellos de Comunidad. Facilitemos que niños y niñas se puedan sentir orgullosos al mostrar símbolos de sus escuelas, colegios y sus potencialidades. Ejemplos son el uso del uniforme en clases, fotos de logros en este tiempo de pandemia, o poleras que recuerden logros deportivos. Visibles cuando se enciende la cámara o se comparte esa parte de la vida de la persona.

b. De modo paralelo, es importante el uso de los nombres propios, y de pronombres como el nosotros, nuestro.

c. Es importante que se combinen las interacciones que convergen en la figura del profesor, con las que se realizan entre los miembros del grupo; sobre todo aquellas que sean una muestra de empatía hacia otros, ya sea en forma de recomendación, ánimo o elogio.

d. Potenciar en la medida de lo posible, los intercambios entre familias que sirvan de “puente” para el acercamiento emocional entre niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

5. Indagar qué funciona:

Esta estrategia va encaminada a preguntarnos qué funciona con quienes deciden encenderla siempre, o en unos momentos en lugar de otros. Los resultados marcarán un camino contextualizado a seguir para apoyar a los estudiantes.

6. Promover el crecimiento emocional en todos los espacios:

Una de las acciones prioritarias podría ser promover la aceptación de la emocionalidad displacentera como parte de nuestra propia vida, y como desafío. Por ejemplo, es recomendable enseñar a niños y niñas a decirse a sí mismos en voz baja, “me siento con ira, pero eso les pasa a los seres humanos, ahora debo valorar qué hacer saludablemente con esta emoción”.

Estas herramientas no son recetas infalibles, pero nos permiten potenciar la confianza, la seguridad, la autoestima, el gusto por la interacción, la motivación por el aprendizaje, y el sentimiento de pertenecer a una Comunidad basada en la empatía y el respeto; condiciones necesarias tanto para que se muestren en cámara, como para que mostrarse y compartir un espacio del sí mismo, sea parte del crecimiento humano.

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