El Ferrocarril Transandino

El Ferrocarril Transandino

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1953

Por: Eugenio Astudillo Leal, Contador

Luego de conocerse el proyecto de construir el canal de Panamá que significaba disminuir la importancia de puertos chilenos y argentinos, el año 1870 los gobiernos de ambos países tomaron la decisión de iniciar el proyecto de construir un ferrocarril que atravesara la cordillera de los Andes, con el fin de asegurar privilegios locales obtenidos por los puertos del fin del mundo, considerando que hasta entonces, los viajes entre el Océano Pacífico y el Atlántico solo se podía realizar por el Estrecho de Magallanes.

Los Hermanos chilenos Juan y Mateo Clarke, de Valparaíso, fueron los principales impulsores y realizadores de este proyecto, basado en su gran experiencia obtenida en un anterior estudio y tendido telegráfico entre ambos países. El proyecto ferroviario sería financiado principalmente por capitales ingleses, los que una vez aprobada la construcción en el Congreso, allá por el año 1887, crearon en Inglaterra la Clark,s Trasandine Railway Cia, Limited.

El proyecto en su concreción tuvo varias demoras totalmente ajenas a la aplicación del diseño, no solo económicas, sino que también, por los problemas políticos económicos de la Guerra del Pacífico, otros conflictos menores con la propia Argentina, y por la Guerra Civil de 1891

En el año 1896 cuando se reactivó la construcción del ferrocarril, los hermanos Clarke formaron la Trasandine Construction Company, empresa con la cual tomaron nuevos contactos con el gobierno de la época, tuviendo que esperar hasta el año 1903, fecha en que el Presidente de la época; Germán Riesco, llamó a propuesta internacional para ejecutar el proyecto, convocatoria a la cual solo se presentó la compañía de los dos hermanos.

En el año 1904 se promulgó la ley que adjudicó la construcción de este proyecto, en dos partes, por el lado chileno, a la empresa de los hermanos Clarke, terminando la segunda de ellas en el año 1908, en la frontera con la hermana república Argentina, oportunidad en donde se comenzó a construir el túnel las Cumbres o Caracoles, que aún está presente al lado del actual túnel internacional. La parte final, túnel incluido, empalmó con el tramo argentino del proyecto el día 05 de Abril del año 1910, año del Centenario de Chile y de Argentina, que hoy recordamos como fecha inaugural de esta importante obra vial americana.

El 05 de Abril del 1910, quedó en la historia mundial de este gran éxito de la ingeniería ferroviaria de la época, que permaneció activo hasta el año 1979 para el traslado de pasajeros, y hasta el año 1984, para el traslado de la carga, no sin antes haber tenido serias interrupciones, principalmente por falta de financiamiento a sus altos costos operativos .

En el año 1934 un gran aluvión destruyó el lado argentino del ferrocarril, lo cual significó una inactividad de 10 años de tráfico de carga y pasajeros por esa vía. El año 1944, después de varios acuerdos económicos para financiar su funcionamiento, lo que lleva estatizar la propiedad de este ferrocarril, la vía del Tren Transandino vuelve a funcionar, ahora con la tutela de ambos Estados.

Problemas políticos internos, la tensión por los conflictos del canal Beagle, más la indiferencia del gobierno de la época por los ferrocarriles del país, selló el destino de esta principal ruta ferroviaria del comercio internacional, allá por la década del mil novecientos ochenta. Hoy el abandono y la mano destructiva del hombre y del clima de la montaña, lo tienen totalmente inoperable, en espera de un nuevo proyecto ferrovial moderno.

Los Andes obtuvo como ciudad muchos beneficios por la operación de este servicio ferroviario en nuestra zona. Más allá de las instalaciones propias del sistema ferroviario; estaciones, talleres, etc., a la sombra de esta empresa crecieron grandes proyectos sociales y comunitarios; como la población Ferroviaria, la población Trasandina, comunidades como Río Blanco, Riecillos, Río Colorado, etc., sus trabajadores cooperaron socialmente en muchas instituciones andinas que aún persisten en la ciudad, como por ejemplo la Sociedad de Artesanos, Cuerpo de Bomberos, Grupo Scout, y también el gloriosos Club Deportivo Trasandino de Los Andes, y varios otras actividades más que se me escapan.

Como hijo de ex ferroviario, tengo hasta hoy un gran y agradecido recuerdo por esta notable empresa transandina que marcó destino en nuestra ciudad, aporte solo comparable a lo que es hoy la presencia de Codelco Andina y su gente en la zona.

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