Por: Eugenio Astudillo
Celebrar el Día del Trabajo; a futuro, ya no será como hasta ahora reivindicando posiciones laborales mejores antes los empleadores, desde pegas precarias, de baja preparación, en donde lo manual y lo físico superan las aplicaciones tecnológicas, y los derechos laborales se marcaron siempre desde una misma plataforma social y política empobrecida, culpado al empresario o emprendedor por apretado, creando con ello la sensación equívoca social, de que solo un bloque ideológico extremo, era el dueño de la expresión y reclamo popular de los trabajadores.
Hoy la cosas ya no están así, y en un futuro mediato tendremos que asumir la importante relevancia de revolución tecnológica, que todo nos cambia, incluso en la forma de trabajar, y tener mediana claridad que ya no seguiremos luchando contra los patrones, como primeros opresores laborales, sino contra los robot que serán nuestros futuros competidores, en una época en donde conseguir un trabajo no especializado será un lujo, en donde además, la preparación académica será fundamental para ser parte de los procesos productivos, y también; en donde la mayoría de los trabajos serán autónomos, o a medio tiempo, en otras palabras Free Lancers.
En el Libro “The Future of Work”, del autor Jacob Morgan, presenta varias ideas innovadoras a las empresas de como tendrán que dedicarse a atraer talentos para su funciones productivas más tecnológisadas, menos prolongadas y variantes en el tiempo, fomentando la percepción del futuro como un hábito competitivo, junto al liderazgos y la innovación positiva.
De acuerdo a este futurólogo del trabajo, dentro de poco nos encontraremos, o ya nos estamos encontrando, con al menos cinco grandes condiciones que cambiarán el trabajo futuro; Los cambios demográficos, la generación de los millennials, la influencia de la tecnología, la globalización de los productos y la movilidad de las personas, lo que nos llevará nuevos comportamientos, nuevas formas de información, nuevas formas de relacionarse, todo lo que cambiará nuestra forma de enfrentar la vida.
En un mundo en constante cambio, en donde nada será permanente, la única alternativa de los trabajadores para sobrevivir será adaptarse a los cambios, lo que implica interactuar con nuevos contextos y aprender a entender y hacer otras cosas novedosas. Cada trabajador del futuro; dice Morgan, deberá mantener el control de su propio desarrollo personal y profesional, sin esperar que las instituciones educativas o empresas les proporciones las habilidades que necesita para tener éxito en su especialidad cambiante. Cada uno será dueño de su destino.
Según este futurólogo del trabajo, las empresas y los trabajadores no solo deben adaptarse a esta nueva realidad, sino que también los modelos de enseñanzas en la formación para el trabajo, los que con otras organizaciones de ese sector productivo, deben adelantarse en ubicar cuales serán las demandas de habilidades del futuro, las oportunidades que al respecto existirán, los trabajos que se necesitarán crear, y en que necesidades ellos derivarán en más adelante.
Como se puede apreciar el futuro laboral es abordable; no incierto, pero necesitará adaptarse a que en el nada será permanente en lo tecnológico y en lo social, lo que significará un gran esfuerzo en el autodesarrollo personal de los trabajadores y una visión acertada de la empresa para no quedar fuera de foco y morir.
Ojalá que con la cercanía de la conmemoración del Primero de Mayo, los trabajadores y sus dirigentes tiren líneas en estas adaptaciones, que ya no solo serán responsabilidad del mundo empresarial, sino que también de todo el conjunto laboral, que hoy disfrutamos de una ya fuerte tecnología, pero que a futuro se avizora arrolladora, lo que pondrá nuestro esquema laboral, por lo menos en la forma como lo conocimos hasta ahora.
La revolución tecnológica llegó no solo para quedarse, sino que también a ponernos a prueba.
Feliz Día del Trabajo a todos y a todas.
