El incendio de la Catedral de Notre Dame de Paris y el patrimonio histórico arquitectónico local

El incendio de la Catedral de Notre Dame de Paris y el patrimonio histórico arquitectónico local

- en Columnistas
1088

Por: René E. León Gallardo

El mundo se ha sentido impactado por el reciente siniestro que afectó a la catedral de Notre Dame de París. Sin lugar a dudas, este hecho significa un daño irreparable para el patrimonio religioso, arquitectónico e histórico de Francia y del orbe entero. Tuve el privilegio de conocerla en junio del año 2008 con motivo de un viaje que, por motivos de trabajo hice a Francia. Desde cuando era estudiante de Francés, en el Instituto Chacabuco, nos enseñaban hacer de los diversos monumentos de París y Francia, en general. Uno de los más significativos era la catedral de Notre Dame. En el viaje que hago mención, caminé desde mi hotel en la rue Cambronne, pasando por Les Invalides, el Museo Militar, el puente Alejandro III, la ribera del Sena, la plaza de la Concordia, el Louvre, la Conciergerie, la Sainte Chapelle hasta que mis pasos me llevaron a la explanada que se despliega antela fachada del templo. En ese lugar pude contemplar su majestuosidad e imponentes volúmenes, su delicada fachada gótica que impresiona a cualquiera. Desde el exterior se escuchaban los sones del órgano Cavaillé-Coll famoso por la calidad y potencia de sus acordes. Al penetrar a su interior, me impresionaron la majestuosidad de sus naves, en especial de la nave central, su altura solemne no dejaba impávido a nadie. Era un domingo. Participé en la misa internacional en que las diversas partes del oficio religioso, se hacían en diversos idiomas. Así como la hoja impresa con que se seguía la misa, estaba en esos idiomas. El coro y la música del órgano añadían solemnidad a la misa que los asistentes seguíamos con devoción y recogimiento. Al finalizar el oficio, pude recorrer el templo con gran detalle y en calma, a pesar de la gran cantidad de turistas que la recorrían. Algo de lo que más me impresionó, fueron los variados rosetones y los vitrales o vidrieras, con un colorido y detalle impactante que habían soportado, guerras, la Revolución de 1789 y tantos otros eventos que, finalmente, no lograron destruirla. Recordemos que en el siglo XIX, el famoso arquitecto Viollet-Le-Duc la restauró de los daños sufridos durante la Revolución Francesa.

Las nervaduras de su cielo, ejemplos excelentes del gótico, las imponentes y esbeltas columnas. En fin, todo era maravilloso en ese espléndido templo. Hoy, en especial, los católicos del mundo entero lamentamos la pérdida de tan importante monumento del gótico francés.

El patrimonio mundial ha sufrido un impacto fuerte, que en parte puede restaurarse. Pero, habrá elementos originales que no podrán restaurarse. No sabemos las verdaderas causas que han originado el siniestro que consumió la catedral. Ya las investigaciones lo determinarán. Sin embargo, queda cuestionarse lo precario de la seguridad de grandes monumentos como éste.

Nuestra ciudad, a su escala, también posee algunos monumentos que deben protegerse y accionar preventivamente para conservarlos para las generaciones futuras. Esta es una responsabilidad ineludible de autoridades y de la población, en general. Niños y jóvenes deben ser instruidos en sus establecimientos educacionales y en sus hogares, en este aspecto.

Recientemente, la destrucción o colapso de la fuente central de la Plaza de Armas así como el grave deterioro de la fuente de mármol en el paseo sur del mismo paseo, han despertado preocupación e indignación en la población. Las autoridades han tomados medidas para iniciar las acciones que permitan la restauración de ambos importantes elementos de ornato de nuestro principal paseo.

Sin embargo, existen otras edificaciones cuya adecuada conservación debe consderarse. Entre ellas están: Gobernación Provincial; adquisición y proyecto para la Casa de Gabriela, en Coquimbito cuya gestión ha iniciado la Municipalidad de Los Andes.

Cabe también señalar la necesidad de gestionar como comunidad, la adquisición, cesión o lo que se pueda hacer legalmente, respecto de la llamada Casona de Los Villares y de sus instalaciones anexas, antigua residencia de don Ricardo Rodríguez Larrañaga y su esposa Iris Caviglia. Esta propiedad (de unos 3.000m2) hoy está en manos de una fundación ante la que se sugiere hacer una gestión para lograr se la ceda a la ciudad para crear allí un museo histórico costumbrista para Los Andes. En este momento, la casona ha sido vulnerada por vándalos que han destruído piano, muebles, y otros enseres. Han dejado puertas y ventanas abiertas que facilitan el vandalismo. No sería raro que, en cualquier momento, la casona y sus habitaciones anexas, sea incendiada.

Obviamente, no somos París, pero también poseemos algún patrimonio que como andimos debemos cautelar. La catástrofe ocurrida con Notre Dame no debe dejarmos impávidos sino impregnarnos de orgullo y empeño por conservar lo que nos pertenece como andinos.

Fachada principal de la catedral de Notre Dame, en junio de 2008.

Comenta en Facebook

Comentarios

Quizá te interese

Mis Historias, libro del andino Patricio Bonelli Canabes

Impreso en los Talleres de Gráfica LOM, Miguel