Por: Eduardo Araya Segovia
Maria Elisa, ya no estás con nosotros, el señor te ha llamado con él. Pero Maria Elisa tu huella imperecedera se quedó para siempre en nuestro sencillo colegio, tu querido Vespertino y estoy seguro que el creador, en su inmensa sabiduría, se debe estar riendo contigo y muy alegre recordándote lo que hiciste, en el que fue tu amado Colegio, junto a tus dos amigas muy estimadas también para nosotros como eran: Raquel Vera y Silvia Calderón …Cómo olvidar a nuestras tres chiquillas ya mayorcitas que en 1998 arribaron a nuestro Liceo a la enseñanza Básica. Venían con un saco de sueños e ilusiones, no faltaban nunca a clases, en pocos días, se habían ganado el cariño de todos profesores y alumnos, para nuestros chiquillos eran simplemente sus “Tías Maria Elisa, Silvia y Raque”, y las muy patuas se transformaron en las Tres Mosqueteras del Vespertino.
Encontraban solución a todos los problemas, un día llegaron a mi oficina proponiéndome que para el frío y para alegrar la noche debíamos entregar al menos un café y un pan a nuestros chiquillos, en tiempos que ni siquiera teníamos acceso a los comedores, a los días las tres Mosqueteras estaban con una cocina improvisada en el patio repartiendo café y un pan a nuestra gente, ganándose con ello el cariño y la admiración de todos.
Y como eran tan orgullosas y decididas llegaron de nuevo a la oficina, se nos venía la Semana Santa y había que hacer algo para unir al Vespertino en torno a Dios… así fue lo que dijeron, rematando que ellas eran agradecidas del Eterno por el Colegio al que tanto querían, donde cada día recibían cariño y amistad lo que las hacía, sentirse muy felices.
Por lo que debíamos unirnos todos en torno de una taza de chocolate caliente… la Maria Elisa acotaba ….-“Si pa’ eso… nunca dejamos de ser niños, mientras estemos vivos siempre tendremos algo que aprender y nuestro Chocolate es nada más que un abrazo lleno de dulzura y fraternidad”. Nuestras Tres Mosqueteras no permitían el “No”… El viejo profe en la oficina intentó desanimarlas… – Chiquillas no tenemos la infraestructura… -no tenemos los implementos, – no nos dejan entrar a los comedores, – somos más de trescientos, pero no había caso…con ellas no se podía hacerlas desistir de su sueño de compartir una chocolatada caliente con todo el Vespertino. Donde nosotros veíamos inconvenientes, ellas sólo veían la solución… y muy ufanas decían somos más de trescientos corazones que nos vamos a unir en un sólo espíritu que da gracias al Señor por tener este Colegio”. Incluso las tres parecían ser las profesoras o como lo eran “grandes maestras de la vida y nosotros los profesores éramos sus estudiantes”…La Eli muy suelta decidió y dijo “profe en la sala del lado, la 38, celebraremos el Jueves Santo, lo tenemos decidido” instalaremos la cocina, todo está conseguido ollas, tazas los chiquillos se inscribieron para cooperar, y las encargadas, ya se imagina quienes son, y todo fue una Fiesta maravillosa, incluso recuerdo al viejo profe, ingresando a la improvisada, pero hermosa cocina del que fue el inolvidable Pabellón 02 en la Historia del Vespertino…preguntándole a la Jefa ¿ Oye María Elisa para qué las naranjas…? Si es chocolatada… Elisa que revolvía la Leche, levantó el cucharón, diciéndome que en ese lugar… eran ellas las que mandaban y sería todo… obligado agachar la cabeza y salir del templo de nuestras mujeres… Antes de empezar a servir el chocolate… Hicieron Oración y los chiquillos de aquella época, al igual que los de ahora que parecían fríos, indiferentes, contestarios, negativos, lejanos en solemne y respetuoso silencio compartieron con los gorros en su corazón el homenaje al señor de los cielos…Bueno murmuraban algunos.- las tías encabezadas por la tía Maria Elisa. Se merecen todo nuestro respeto y cariño. Esa noche más de trescientos chiquillos recibían su chocolate y estoy seguro que el “Gracias Tia” con que se manifestaban, hacían sentirse muy orgullo al Dios de todos los cielos por aquellas magnificas mujeres que eran parte de su maravillosa creación.
Permítanme recordar un día de Agosto del año 2001, ya nuestras chiquillas estaban cursando su Cuarto Año Medio y llegaron los hijos de María Elisa encabezados por el actual concejal Goyo Montenegro, quienes con mucha fuerza. Nos encararon en el Patio de nuestro pabellón 2 diciéndonos que nos daban un minuto para sacar a su señora madre de clases, que estaba con pulmonía que se había venido igual a clases… por lo que estaban dispuestos a interponer una demanda al Colegio, agregando, Y nos la llevaremos inmediatamente… debes sacarla de clases o lo haremos nosotros, al entrar a su sala, encontré a las tres amigas muy juntas, y Raquel tenía un brazo enyesado, me acerque a ellas y le dije a Maria Elisa que sus ojos estaban muy rojos y a lo mejor se nos podía resfriar y lo prudente era… No alcance a terminar cuando nuestra querida Elisa, se puso de pie diciendo: .-“Raquel estoy segura que allá fuera están mis hijos el profe Lalo siempre nos reta… Si no venimos a clases…acompáñame, le dijo… Y salieron las tres chiquillas y con la fuerza de los veinte se fueron derecho donde sus hijos quienes al ver la reacción Leonina de su señora madre, optaron por no discutir y corrieron hacia la puerta de la calle Papudo…. Atrás quedaban los retos y demandas, la Maria Elisa furiosa ingresó nuevamente a clases y de paso cepilló al Profe diciéndole… – Que su Mundo, era su Colegio que a su familia simplemente la amaba, que entendía su preocupación, pero se sentía orgullosa de ser alumna que tenía casi 80 años y sus notas eran de las mejores y a clases ella venía aunque sea enferma. Por eso Maria el Padre de los cielos se debe estar riendo contigo y para que saques pecho frente a él y te estreche en un muy merecido abrazo….- Te lo cuento han pasado 18 años y la Chocolatada de Semana Santa está más vigente que nunca y el Café diario se entrega con un sabroso Sándwich que comparten nuestros queridos chiquillos con los jóvenes venidos de la Patria Grande de América como Haití, Colombia, Perú, Venezuela… incluyendo la lejana China… gracias a tres maravillosas ex alumnas que liderabas tú Maria Elisa junto a Raquel y Silvia, por eso hoy damos gracias al Sumo Hacedor porque tuvimos el privilegio de tenerlas en nuestras aulas con nosotros y por todo el bien que nos hicieron.