Por: Jorge Peña Lucero, Comunicador Popular
Recuerdo que cuando éramos niños en esos años, el miedo era muy grande cuando nos asustaban con el Cuco y en especial cuando nuestros padres nos retaban porque no nos queríamos dormir, ellos nos metían miedo con el Cuco,( nos decían va a venir el Cuco, si no te duermes o si no te comes toda la comida) y nosotros que éramos niños nos daba mucho miedo y ahora que somos adulto, he aprendido que el miedo es una respuesta del ser humano hacia la supervivencia, cuando uno queda asustado experimentamos una serie de sensaciones muy incómodas, es tan desagradable ese temor, que nos puede provoca el peligro de depresión o una crisis de pánico.
Como los tiempos cambian los padres y los abuelos debemos a enseñar a nuestros regalones lidiar con el Cuco, hoy sabemos el Cuco representa al miedo y que afecta a los niños ya que él se oculta en la sombra, es un ser terriblemente feo y oscuro, es como un pensamiento repetitivo que aparece en los sueños y en los momentos más difíciles. Cada persona tiene su propio Cuco que se alimenta de sus propios miedos para dominar. Se manifiesta en muchas cosas: miedo al fuego, a las nubes, al viento, a los árboles a todo lo que se mueve, a la oscuridad y al estar solo. El miedo es la anticipación a un posible daño; y por eso, cuando uno se siente en peligro se tensa los hombros, uno se paraliza, transpiramos, uno se pone nervioso, no nos salen palabras y se disminuyen las defensa del cuerpo, en instante uno piensa que su cuerpo es solo un envase y que adentro vive uno y el miedo, pero los dos juntos no deben vivir, por lo tanto uno tiene que luchar para sacarse al Cuco.
Han pasado muchos años y todavía no nos damos cuenta de cómo nuestras palabras asustan y calan hondo en nuestros hijos y como éstas le acompañan en la creación de su propia personalidad, no es bueno para nuestros hijos, que haya personas que les parezcan cómico o gracioso asustar, meter miedo y/o atemorizar.
La vida tiene etapas que debemos vivir: es nacer, crece como un niño, vivir una linda juventud, luego convertirse en adulto y en la adultez uno recuerda los lindos años en que era un niño, donde se juntaba con sus amigos a jugar y hacerse el valiente y no tener miedo, porque estaba ocupado de divertirse y así en ese momento se podía olvidar del Cuco, por lo tanto el Cuco no se podía alimentar de nuestros miedos.
Los tiempos cambian, los niños de hoy tienen otros juegos con nuevas tecnología, tienen cable, celular, juegos electrónicos, ellos pasan pendiente muchas horas en esos juegos y se olvidan de estar atento, por eso que el Cuco puede aprovecharse de alimentarse de sus miedos. Los niños deben salir a jugar para divertirse físicamente y sanamente, ellos se estresan con las tareas que les dan para la casa y vemos con angustia que hoy hay más niños con miedo, por lo que están viviendo, viendo y sintiendo. Deben saber luchar contra el Cuco, decirle basta no me molestes no te voy alimentar más con mis miedo, no voy hacerte más caso, esto ha sido suficiente y yo sé que tú, también tienes miedo.
“ El Cuco tienes numerosos primos que se alimentan de distintos miedos, ¿y tú te has preguntado cuál de ellos es tú miedo?”.