Por Andrés Dominichetti Herrera. Psicólogo.
Estamos viviendo una época de protesta social generalizada que ha removido los espíritus sea para expresarse y pedir cambios o para otros, de incertidumbre y miedo.
Preocupándome de estos últimos, debo decir que el miedo es una emoción muy propia de la vida y elemento protector que nos ha permitido, precisamente vivir hasta hoy. El miedo se caracteriza por relacionarse con algo preciso, como miedo a ser atacado por alguien, a perder el trabajo, o no encontrar uno. Dada su precisión, el miedo puede ser fácilmente controlado si desaparece o se comprende mejor el estímulo que lo produce. Muy distinta es la situación de la incertidumbre que nos lleva a preguntarnos hacia dónde vamos, qué pasará, cuándo pasará y cómo me afectará etc. Si navegamos por tiempos de incertidumbre, y el ambiente nos presenta mas miedos, este comienza a ser difuso e influir en nuestros pensamientos erráticos y fantasiosos, llevándonos a caer en una angustia, es decir en un problema de salud mental. La angustia nos lleva a un agotamiento emocional, malestar generalizado y puede originar patologías diversas en salud. Como no todas las personas son iguales, muchos tendrán las herramientas que han adquirido en la vida para controlar la situación, otros no tanto y otros serán seriamente afectados al no poder escapar de sentirse agobiados, desesperanzados e impotentes, e incluso expresarse con rabia. Frente a esta situación perversa, un primer consejo es comprender que las sociedades en las cuales se vive, experimentan cambios y que se debe valorar los sucesos que acontecen, con realismo y relacionarnos con la realidad del modo más sabio, sea como partícipe o simple observador. Idealmente familiarizarse paulatina y amablemente con los cambios que vienen. Otro consejo, más próximo al camino de controlar las emociones, es comprender cuan pernicioso es estar en lo personal expuesto a situaciones estresantes, que sería un primer paso hacia una terapia, y luego no encerrarse ni aislarse sino buscar espacios de dialogo y contención e incluir el buen humor El buen humor tiene inmenso valor terapéutico. Otro consejo, es controlar los pensamientos, desterrar, aunque cueste, todos los pensamientos negativos que vinculan con el actual acontecer y reemplazarlos por pensamientos positivos que contengan optimismo De todo ello saldrás ganancioso y tu ganancia será un mayor crecimiento personal..