El taxista que ha sobrevivido a los colectivos, radiotaxis y ahora a las aplicaciones Uber y Cabify.
Sergio Villate Cortés, de 79 años, es uno de los históricos conductores del Sindicato de Taxis Plaza, a quien a diario se le encuentra aguardando pasajeros, junto a sus colegas, en el paradero ubicado en Plaza de Armas de Los Andes por calle Maipú.
Como taxista ya cumplió 50 años de labor, actividad que inició luego de haber trabajado como conductor de camión en minería y de ser administrador de la estación de servicio Copec ubicada en la esquina de calle Esmeralda con avenida Sarmiento, en aquel entonces.
Recuerda que en aquellos años eran alrededor de 60 taxistas los que brindaban servicio en la ciudad de Los Andes, donde existían paraderos en calle Esmeralda frente al Hotel Plaza, en calle Bernardo O’Higgins frente al Banco del Estado, en calle Papudo, en avenida Argentina frente al hospital y otro donde llegaban los buses que venían de Mendoza.
TIEMPOS DIFICILES PERO SE GANABA PLATA
En esos años, a pesar que hubo crisis, era muy bueno y se ganaba plata, dijo.
“Yo estuve como diez años trabajando a través de una empresa con el Hotel Portillo, llamaban solicitando 4 o 5 autos para el traslado de los turistas.
TRADICION
Este sindicato de Taxis Plaza es muy tradicional en nuestra ciudad, y de los 60 taxistas que había en su época de esplendor, hoy van quedando solo seis.
PASAJEROS FIELES
Los pasajeros son variados, “tengo cliente de muchos años y que me han seguido a tfavés del tiempo. “Es tanta la gente nueva que hay en Los Andes, por eso hoy no la conozco y los antiguos estamos viejos, me saludan y no sé quién es, hablamos y me comentan que me conocen hartos años. Cada uno tiene su clientela, nos llaman por teléfono, el resto lo viene tomar acá en la plaza que es el punto neurálgico del centro, aunque hay personas que no saben que acá está el paradero de taxis”.
TAXIS EN CRISIS
Villate señaló que en estos momentos el taxi tradicional o básico está en crisis. “Primero fueron los colectivos que echaron un poco abajo la pega, después llegaron los radiotaxis y ahora las aplicaciones Uber y Cabify que para nosotros son piratas todos, porque no están dentro de la ley. La pega ha bajado mucho, mucho, hay demasiada competencia y muy desleal”.
SE SALVÓ DE AVALANCHA
Entre sus historias y anécdotas de medio siglo tras el volante del taxi cuenta como se salvó de morir aplastado por una avalancha.
“Bajando de Portillo en la segunda curva de la Cuesta Caracoles quedamos pegados con los autos en el sector de Juncal, bajamos a pie, cuando de repente veo una sola nube de polvo, me encontré tapado por la nieve. Lo primero que pensé es que iba a morir ahogado. Saqué la mano y salí afuera. Uno de los que venían de seis quedó fuera del rodado, me destapó la cara, me moví hasta que me solté y salí. Así que como estábamos cerca de Vialidad me tiré, me fui de lado hasta llegar al campamento donde les avisé y ellos vinieron a buscar a los demás. Había dos mujeres que no las podían encontrar y luego de dos horas las hallaron, se habían desmayado. Salimos todos y llegamos al refugio donde estuvimos dos días y nos fuimos al refugio del regimiento, donde encontramos unas pocas papas con las que hicimos sopa y cebolla, nos alimentó para una noche.
Al segundo día llegó Carabineros a caballo y una de las niñas era hija de un general retirado, hablaron con Vialidad y las máquinas que trabajaban despejando hacia abajo, nos amararon los autos y pasaron los autos por arriba”, señaló.