Por: Zulema Vivanco, directora Escuela Fonoaudiología U. Andrés Bello
En esta época del año, los padres se esmeran en encontrar el juguete correcto para expresarles el cariño a sus hijos.
Muchos, no saben que los juegos o juguetes pueden contribuir en el aprendizaje de los niños para comenzar a pensar.
El desarrollo normal del niño se realiza desde las perspectivas socio emocional, motora instrumental y cognitivo lingüístico. Para estas tres áreas hay actividades específicas que hacen su aporte en la estimulación.
Enseñar a pensar al niño es un estímulo que parte desde los juguetes que seleccionamos cuando pequeño. La idea es que el niño tenga juguetes que pueda manipular sin peligro, que ayuden a la formación de conceptos al jugar, son más interesantes para esta área que un juguete contemplativo o de afecto, como el oso de peluche.
En la época actual es fundamental elegir para los niños (hijos, sobrinos o nietos) aquellos juegos que le permitan la interacción con otros (padres, hermanos o primos). Jugar con los tablets o celulares, si bien entretiene al niño, es poco aporte para el desarrollo de habilidades comunicativas y el lenguaje, ya que es una actividad de comunicación pasiva, el niño no expresa verbalmente lo que observa en la pantalla.