Por: El Peregrino
Cada Papa tiene su estilo y manera de ser que son marcados por su familia, país de origen, lengua y cultura. El Papa Francisco es latinoamericano y de nacionalidad argentina y es quien por la fuerza del Espíritu Santo continua la misión encomendada por Jesús a Pedro “Apacienta mis ovejas”. Es eso justamente lo que hace en sus diferentes encuentros con el pueblo fiel. Él no sólo habla o escribe hermosos documentos, El Papa Francisco es un Pastor de gestos muy concretos para las diferentes situaciones que le toca afrontar a nivel global, principalmente los pobres, los migrantes, los refugiados por quienes ha abogado ante los grandes Organismos Internacionales haciéndoles ver y entender que allí hay una persona que requiere con urgencia ser escuchada y atendida en sus necesidades. Y lo ha gritado al mundo entero cuando el 2016 lanzó el Año de la Misericordia que culminó el día 19 de Noviembre del 2017 con el documento “Misericordia et Misera” celebrando ese día la 1ª Jornada Mundial de Los Pobres.
¿Qué mueve a Francisco?: “Al releer los cuatro primeros textos breves – dos ángelus y dos homilías – de los primeros seis días de su pontificado, logré percibir que allí estaba todo: “la alegría de evangelizar, la salida hacia las periferias, la revolución de la ternura, la misericordia, el cuidado amoroso de las personas y de la naturaleza” . Aquí tenemos la clave de todo su programa de Vida y Pastoral: “centrar la mirada que transforma en la persona” y de donde arranca el tremendo desafío evangélico sumergido en el controvertido siglo XXI.
La respuesta es muy clara: Francisco es el Buen Pastor que cuida las ovejas y las ha querido conocer no sólo por el nombre, sino que quiere y tiene la necesidad de interactuar con la mayor cantidad posible de ellas.
Su labor pastoral se actualiza y perfecciona en el encuentro personal diario que tiene con Jesús y su hermosa devoción a la Virgen María bajo bajo la Advocación de la “Desatadoradenudos”. El Papa Francisco tiene cada día 4 horas de oración y 9 horas de trabajo y cada vez que posee un momento toma su rosario y comienza a desgranar con delicadeza las Ave Marías. Allí se encuentra la fuente de todo ese vigor pastoral y espiritual que lo lanza al mundo para que Jesucristo sea conocido por el mayor número de personas creyentes y no creyentes tendiendo puentes para con ellos.
Ahora que llegará a Chile debemos dejar atrás las odiosidades, las intolerancias, las descalificaciones o cuestionamientos por muy válidos que ellos sean, para abrir nuestro corazón y nuestros oídos y escuchar el mensaje que el Santo Padre nos trae. Les aseguro que, a más de alguien, sus palabras resultarán inspiradoras y sus gestos serán reveladores del Cristo que pasa en medio nuestro.
¡BIENVENIDO PAPA FRANCISCO A NUESTRA PATRIA CHILENA!
