José Luis Reyes Académico de la Facultad de Educación, Universidad Central
La eventual disminución de los programas de filosofía en los planes comunes de la Enseñanza Media a favor de una asignatura de educación cívica ha provocado un predecible debate donde, de manera predominante, quienes guardan relación con la educación se han manifestado en contra de una medida de ese carácter.
Y quizá efectivamente tienen algo de razón, la filosofía en la Enseñanza Media es una oportunidad que tiene un estudiante de conocer los inicios del pensamiento racional en occidente. Su estrecho vínculo con el nacimiento de la democracia también. Otorga conocimientos sobre problemas acerca de los cuales los seres humanos nos hemos ocupado durante miles de años. Un curso de filosofía bien desarrollado, permite al estudiante comprender el problema y conocer también los intentos de solución que los filósofos han ensayado por mucho tiempo.
En un buen curso de filosofía los estudiantes se percatan de la importancia de perseguir el conocimiento, por esquivo que éste sea, y que en ocasiones hay que admitir que cierto conocimiento no está a nuestro alcance.
Pero la filosofía no sólo otorga conocimientos que algunos pensadores ilustres ya han manifestado, también permite a los estudiantes adquirir las herramientas necesarias para desarrollar su capacidad de comprender los razonamientos válidos de aquellos que no lo son, percatarse cuándo una persona introduce prejuicios o dogmas donde debiera prevalecer el análisis racional. Ejemplo conspicuo de lo que señalo lo pueden observar en las discusiones sobre el aborto o la eutanasia.
Hay, sin embargo, un aspecto positivo que podría traer la eliminación o disminución de la filosofía a los estudiantes de Enseñanza Media. Esto guarda relación con la costumbre de algunos de ellos de culminar las manifestaciones lanzando piedras, provocando desordenes. Recordemos que allá por el año 2011 quien era presidente de la CUT culpó a los profesores de filosofía de enseñar ‘leseras’ a los estudiantes «A los cabros les llenan la cabeza de porquerías, para que salgan a tirar piedras y hacer desórdenes», opinó Martínez, respecto de los profesores de filosofía. «Hay muchas universidades donde algunos hacen apologías de que la forma de encarar los problemas de la sociedad se hacen a peñascazos», detalló en un medio radial el 31 de Agosto de 2011.
En fin, imagino que Martínez efectivamente estaba convencido de esa enseñanza tan práctica que recibían los estudiantes de filosofía -en una materia reconocida por su carácter fundamentalmente abstracto-. Quizá detrás de una medida tan resistida como la anunciada, de este debate aún tibio, que a la mayoría nos hace pensar que los estudiantes verán mermada su formación, otros Martínez realmente creen que la manera adecuada y eficiente de hacer que algunos de nuestros estudiantes dejen de hacer desmanes y, principalmente, dejen de lanzar piedras, sea la eliminación de la filosofía en las aulas de la Enseñanza Media.