Por: Juan Manuel Carvacho Fajardo, abogado}
Los señores obispos católicos han llamado a los chilenos a votar en las próximas elecciones, fundados en deberes morales, religiosos , en el amor cristiano, etcétera, etcétera, haciéndose ellos también eco de la clase política de izquierdas y de derechas que se siente también muy preocupada por la previsible abstención electoral.
En circunstancias normales, en gobiernos normales, con políticos normales, las elecciones eran realmente una fiesta de la democracia, era cuando el ciudadano común se sentía tomado en cuenta por su sociedad y concurría orgulloso a las urnas a ejercer ese pequeño poder que le daba el voto.
La abstención, en esas circunstancias normales, era irrelevante, tal vez no tanto en número pero sí en importancia, el que no votaba lo hacía por distintas razones que para la sociedad y para los políticos carecía de relevancia. Esto, en circunstancias normales, pero las que vivimos hoy, muy, pero muy lamentablemente, no son circunstancias normales.
Donde se mire, a la izquierda , a la derecha, al centro, arriba o abajo, incluida la misma presidencia, todo el mundo político esta fuertemente cuestionado, se les cuestiona su legitimidad para poder representarnos, ahora que se sabe lo que hacían, como se financiaban las elecciones, por decirlo de una manera elegante, cómo se aprobaban algunas leyes como la ley de pesca y quizás cuántas más. Y ellos ¿qué dicen?, dejemos que actúen las instituciones, es decir veamos si me pueden probar o no que soy delincuente y ahí veo, mientras, miro pal lado, me hago el loco, no digo nada.
En el mejor de los casos, dicen que están adoptando las precauciones legales para que en el futuro no vuelva a pasar lo mismo. Menudo consuelo. Pero dónde están las responsabilidades no solo penales que son las únicas que a ellos consideran, sino que las responsabilidades políticas, morales, religiosas para los crédulos, incluso las responsabilidades económicas para con el Estado, es decir para con todos nosotros.
Los pagos que hacía Ponce Lerou, el yerno, Sqm, a diestras y siniestras, que uno puede preguntarse ¿a cambio de qué ?, no eran de sus bolsillos sino que a través del sistema de boletas falsas la plata que esta empresa debía pagarle al Estado iba a parar al bolsillo de nuestros conocidos líderes de la sociedad. ¿Cuántos hospitales, carreteras, escuelas se podrían haber construido con el dinero defraudado al Estado, es decir a todos nosotros?. ¿Que dicen los muchachos políticos? Pruébeme primero que cometí delito y ahí veo, mientras, no estoy ni ahí, voy a la reelección.
Mejor no hablemos de fútbol, de Caval, de las piramidales, de Penta, de la Ley de Pesca, tantos como nunca se había visto, por lo menos los bomberos se salvan. En este contexto, no votar no da lo mismo, esta vez la abstención es un actor político, tiene un claro significado, es una manera de decir ¡Basta!, déjense de mirar pal lado como si nada pasara, si ya hicieron lo que hicieron ¡váyanse!, por lo menos devuelvan la plata, queremos otras caras, más limpias, no las mismas de siempre, hay familias que por generaciones han vivido del Estado, de nosotros. Todo eso y mucho más significa no votar.