Por: Eugenio Astudillo Leal
El día 14 de Enero del año 1949 se publicó en el Diario Oficial de la República la Ley que estableció el Sufragio Femenino total a las ciudadanas chilenas. Si bien las mujeres del país ya podían ejercer su derecho a voto desde el año 1934, solo podían hacerlo en las elecciones Municipales, por lo cual, esta nueva Ley promulgada por el presidente don Gabriel González Videla, el día 08 de Enero de ese mismo año, vino a corregir esa exclusión, permitiendo desde entonces el voto femenino en las elecciones presidenciales y de parlamentarios.
Las mujeres participaron por primera vez en las elecciones presidenciales del año 1952, ocasión en que ganó la primera magistratura el presidente don Carlos Ibáñez del Campo, creciendo desde entonces su participación en todos los comicios nacionales, llegando en los años1970 a equiparar el registro de votantes masculino en los inscritos en el registro electoral.
La extensión del voto femenino fue inquietud nacional desde los años 1920, encontrando varias situaciones de rechazo, principalmente de los partidos anticlericales y de izquierda, debido a la tendencia conservadora del electorado femenino, lo que atentaba contra sus intereses de poder.
A contar del año 1931, las instituciones feministas de entonces ejercieron presión sobres las autoridades políticas del país, lo que permitió se autorizara su derecho a votar por las autoridades municipales a contar del año 1934, ejerciendo esta facultad desde las elecciones consistoriales de los comicios del año 1935, ocasión en que además se presentaron 98 mujeres como candidatas, resultando elegidas 25 de ellas, de las cuales 16 estaban ligadas al partido Conservador, 5 al Radical y el resto a otros partidos pequeños e independientes..
Entre las acciones para extender el voto femenino destaca un proyecto presentado en el año 1941, respaldado por el presidente don Pedro Aguirre Cerda, y redactado por las abogadas doñas Elena Caffarena y Flor Heredia, el cual, no fue acogido por el Congreso. Solo a partir del año 1946, y gracias a las presiones de las instituciones femeninas de entonces, la emisión de folletos explicativos sobre el valor del voto femenino en las sociedades europeas y norteamericana, llevaron al parlamento chileno a aprobar el reconocimiento del voto femenino total, como un factor integrante y relevante en el quehacer republicano de nuestra aun joven país.
Hoy las mujeres juegan un papel preponderante en la actividad política de nuestra aun débil democracia, la que gracias a su mayor racionalidad y criterio regula los arrebatos e inconsecuencias del mundo político masculino.
Bien por las mujeres de Chile.