Sr. Director
«Es realmente increíble ver cómo muchos de los actuales alcaldes que van nuevamente a la reelección guardan parte importante de su batería presupuestaria para inaugurar y cortar cintas los meses previos a los comicios. Habitualmente contra el tiempo, en condiciones poco presentables y muchas veces sin siquiera contar con los permisos legales. Siendo que un buen alcalde, es decir, aquél que administra los recursos de manera seria, no puede postergar proyectos para que calcen con las elecciones. Un buen administrador destina los recursos del municipio de acuerdo a las necesidades, requerimientos y demandas de éste y no para mostrar resultados cortoplacistas que inevitablemente saltarán después. Por todo esto, no dudo que las nuevas instalaciones municipales que serán inauguradas por estos días van a caer en las mismas irregularidades y falencias. Somos una sociedad cortoplacista, de resultados inmediatos y ello nos ha llevado, en más de una oportunidad, a elegir con la última sensación que nos quedamos, olvidando lo que se haya hecho anteriormente o dejado de hacer. Elegir a nuestras autoridades municipales es una decisión que nos acompañará por los próximos cuatro años y como es tradición en política, lo que se prometió hacer en cuatro años y no se hizo, no se va a hacer en ocho. Al ser, el voto, un proceso reflexivo y no impulsivo, es bueno analizar globalmente el actuar edilicio. Meter un gol en el último minuto no significa necesariamente que el partido fue bueno y esa analogía es recomendable tenerla en cuenta al momento de acercarnos a las urnas».
Felipe Vergara
Experto en Marketing Político de la Universidad Andrés Bello.