Por: Jorge Olivero Arenas, Profesor de Estado Jefe Provincial de Educación
San Felipe – Los Andes
QUERIDOS COLEGAS PROFESORES Y PROFESORAS DE ACONCAGUA:
Me siento realmente honrado de poder saludarles y felicitarles, al celebrarse en todo nuestro país, hoy lunes 16 de octubre, el Día del Profesor y la Profesora 2017, año en el que me ha correspondido desempeñar el cargo de Jefe Provincial de Educación, para representar los proyectos y aspiraciones de mejoramiento continuo de la educación en que todos nos hemos empeñado, pensando siempre en la noble tarea de enseñar, formar y transformar para bien a las nuevas generaciones de niños, niñas y jóvenes estudiantes.
Desde este circunstancial rol quisiera hacerles llegar un afectuoso saludo en vuestro día, con la mente y el corazón colmado de recuerdos agradecidos por tantos y tantas profesoras y profesores que han partido de la vida terrena, dejando impregnadas en nuestras conciencias aquellas lecciones de valores trascendentes que hoy se nos hacen tan necesarias.
Como olvidar que detrás de cada uno de nosotros y de la gran mayoría de los profesionales, técnicos, ciudadanos y ciudadanas comunes de nuestro país, existieron profesores y profesoras responsables de su formación personal, aquellos que dejaron gran parte de sus vidas en aulas compartidas con especial cariño, aquellos que generaron huellas indelebles, marcando incluso nuestros propios destinos en la maravillosa tarea de educar. Como olvidar en mi caso personal a mi propia madre, Vidalina Arenas Cuellar, profesora normalista, cuyo ejemplo cotidiano de particular dedicación y entrega ha perdurado por siempre en mi vida, en la de mis hermanos y en la de cientos de alumnos que tuvo la dicha de acompañar.
Desde esta tribuna también he querido dirigir un saludo y el reconocimiento sincero, a las nuevas generaciones de educadores y educadoras, que han abrazado con gran esperanza la carrera docente, felicitándoles de corazón por este noble camino profesional elegido, deseándoles éxito, felicidad, prosperidad y múltiples realizaciones en su desempeño presente y futuro.
Finalmente, me permito hacerles un llamado a todos y todas las docentes de Aconcagua, a perseverar sin claudicaciones en vuestra noble y tan necesaria labor formativa, sin la cual no podremos enmendar el rumbo como sociedad, para encauzarnos hacia un mejor destino común, recuperando una sana convivencia, y el respeto irrevocable entre personas llamadas a compartir la existencia en un tiempo definido y limitado, en un trozo de naturaleza que nos ha cobija con particular protección y a la que le debemos las mayores consideraciones y cuidados, en nuestro afán de poder preservarla responsablemente, como un legado para las generaciones venideras.
MUCHAS FELICIDADES Y LOS MEJORES DESEOS PARA TODOS Y TODAS, QUERIDOS Y QUERIDAS COLEGAS.