Desde la secretaría regional ministerial de Medio Ambiente confirmaron que está avanzando el estudio para determinar el grado de contaminación que tienen las aguas del río Aconcagua después que se produjera el vertimiento de concentrado de cobre desde la División Andina al río Blanco el pasado mes de febrero.
La seremi Tania Bertoglio señaló que los análisis fueron encargados debido a la preocupación que tiene la comunidad y agrupaciones ambientalistas por la contaminación que podrían estar causando la producción minera y otras intervenciones que utilizan el agua del río Aconcagua y sus afluentes.
Actualmente el Aconcagua no tiene regulación “por lo tanto nadie sabe lo que está pasando sobre la contaminación del río, cuáles son las fuentes de contaminación y cuán contaminado está; y en segundo lugar, cómo se norma la calidad del río y el borde de la cuenca, lo que va a permitir resguardarlo y sancionar a quienes infrinjan la norma”.
Dijo que el estudio se aplicará en toda la cuenca del río Aconcagua, comenzando desde sus afluentes en la cordillera, pasando por la tercera sección para terminar en la desembocadura en Concón.
NUEVA NORMA
Bertoglio agregó que la seremía se encuentra trabajando en la elaboración de una norma de calidad del agua, y el ecosistema de todo el borde de la cuenca del río Aconcagua.
“Eso va a permitir, primero, que aclarar que tan contaminado está el río, que es lo posiblemente lo está contaminando, cuáles son las fuentes contaminantes, y segundo normamos para que quien vierta algún contenido al río cumpla con la normativa, sino va a ser sancionado”, apuntó.
Expresó que deben cumplirse parámetros de calidad, “y eso va a depender de lo que tenga que tener el río, como PH, cantidad de metales, la temperatura y otra serie de cosas”.
El objetivo de una nueva norma es resguardar la riqueza del ecosistema continúe inalterable de manera permanente.
NO SOLAMENTE CODELCO
La seremi Tania Bertoglio a la hora de señalar las fuentes contaminantes no tan solo apunta, a la División Andina, sino que también “hay otras empresas y la gente que vierte todo al río, por lo que hay que transparentar y eso lo haremos a través de este primer estudio. Habrá cosas que tendremos que normar para que quien infrinja sea sancionado”, expresó.
La nueva normativa ambiental deberá estar lista en el segundo semestre de este año con la finalidad que entre en vigencia desde el próximo 2017.
Por último explicó que las empresas que utilizan el recurso hídrico del Aconcagua tienen resolución de fiscalización ambiental, “por lo tanto tienen que cumplir ciertos requisitos. Si la Superintendencia de Medio Ambiente concurre al lugar, revisa y verifica que la captación de agua o el vertimiento no responde a los estándares ahí hay un proceso sancionatorio”, concluyó Tania Bertoglio.