Por: Dr. Denis Panozo Villarroel (Primera parte)
Chile, como toda nación en desarrollo, su población envejece, situación que se observa tanto en las zonas urbanas como rurales. Según el censo 2002, los adultos mayores constituyen un 11,4% de la población del país, lo que equivale cerca de 1,7 millones de habitantes, y se prevé que para el año 2025 serán unos 3,4 millones.
Las principales inquietudes y necesidades que se manifiestan en esta etapa de la vida, es el miedo a la soledad, de ahí la importancia de que puedan sentirse parte de algo y crear redes de apoyo. Es muy importante el encuentro con otros adultos mayores, pero también con otra generación. Es decir no sólo juntarse entre ellos mismos, sino que compartan además con gente más joven y puedan ser un modelo a imitar, de esta manera los adultos mayores tienen una gran responsabilidad para con las futuras generaciones.
Otro temor que aparece en la tercera edad es el de llegar a ser dependiente. Por esta razón es fundamental preocuparse de tener estilos de vida saludables y del control de las enfermedades propias del adulto mayor, especialmente crónicas, como la hipertensión, diabetes y dislipidemia, entre otras.
El Envejecimiento Activo es el proceso de optimización de las oportunidades de salud del adulto mayor y comprende aspectos de participación y seguridad, con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen. Este concepto creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) permite a las personas realzar su potencial de bienestar físico, social y mental a lo largo de todo su ciclo vital, para así tomar parte en la sociedad de acuerdo con sus necesidades deseos y capacidades. El término “activo” apunta a una participación continua en las actividades sociales, económicas, culturales, espirituales y cívicas y no sólo a la funcionalidad física. Un elemento que nos mantiene activos es poder hacer cosas, poder ser autovalentes, ir donde queremos ir. Esto pasa por cultivar estilos de vida saludables y preocuparse del cuidado de patologías, pero también supone luchar, desde el punto de vista anímico y de la personalidad, por crear espacios participativos bajo un liderazgo: con algo que decir, con algo que aportar, eso es seguir participando en sociedad y ser parte de ella. Aportar no solo significa producir dinero o seguir trabajando; significa ser parte de la sociedad a través de distintas instancia: voluntariado, recreación, arte, etcétera. Darse el tiempo para decir “aquí estoy”…esto implica una cohesión para decir “tenemos algo que hacer en este mundo todavía, y mucho”. (concluye el lunes)