Errores de padres y educadores que hay que corregir

Errores de padres y educadores que hay que corregir

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HNO. ÁNGEL GUTIÉRREZ GONZALO

Finalizado el primer semestre del año escolar 2016, invito a padres y educadores a reflexionar y tomar conciencia de los errores que tal vez hemos cometido, para corregirlos en el segundo semestre que hemos iniciado. He aquí algunos de ellos:

• Dejar a los niños solos ante el televisor desde pequeños y permitirles que vean programas inadecuados para su edad.

• No tomar la determinación de apagar el televisor si se observa que se está creando dependencia, y al mismo tiempo, poner los medios para que cada día haya un tiempo para hablar todos en familia.

• Dejarse llevar por las razones que aducen los hijos respecto a la hora de regresar al hogar los fines de semana: “Fulanito o Zutanito llega a las seis de la mañana y sus padres no le dicen nada”.

• Que uno de los padres sea excesivamente permisivo y el otro excesivamente exigente y no lleguen a un término medio de entendimiento, procurando satisfacer en lo posible las pretensiones de los hijos, pero dentro siempre de unos límites razonables.

• Dar toda clase de libertades sin más y sin tener en cuenta la edad, grado de madurez, entorno en que se vive, etc.

• Pensar que no es de su incumbencia saber con quién van los hijos, los lugares que frecuentan y los peligros que los acechan. Los padres son los responsables de la educación de sus hijos y es preferible ser drásticos y muy directos en determinadas situaciones.

• No ofrecer una serie de normas o consejos prácticos y necesarios a seguir por adolescentes y jóvenes y de obligado cumplimiento. Como por ejemplo: jamás hacer autostop ni subir a un auto con desconocidos, y estar siempre con amigos y gente conocida que pueda ayudarle en caso de necesidad.

• No advertir a los hijos a tiempo de los peligros que corren hoy. No podemos estar siempre cuidándolos y encima de ellos, pero tienen que estar bien informados de los posibles peligros.

• Dejarse llevar del consumismo reinante y satisfacer los caprichos de los hijos en todo.

• Fomentar con el propio ejemplo más el tener y el aparentar que el ser.

“Las palabras mueven, pero los ejemplos arrastran”.

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